8 Posibilidades científicas del fin del mundo

Ni en el 2000, ni en el 2012 sucedió el fin del mundo, como miles de personas alrededor del mundo esperaban con incertidumbre lo que ocurriría.

Sectas y cintas cinematográficas se dedicaron a explotar la idea que tuvo mucho fundamento en la cultura maya, el planeta como lo conocemos llegaría a su fin y no había marcha atrás, nuevamente llegó el día final y todo se mantuvo en una relativa calma mientras quienes pronosticaron el fin de los tiempos trataban de ocultarse entre la multitud que tanta credibilidad les dio.

Ahora un grupo de científicos se dio a la tarea de explicarnos cómo podría acabarse el mundo realmente:

1. Cambio climático

Los científicos cuya visión es más alarmista creen que el cambio climático hará que aumenten las sequías, cambiará la distribución de la fauna, la flora y las enfermedades en todo el mundo, y hará que se inunden muchas zonas costeras. Estos cambios podrían conducir a la larga a todo tipo de inestabilidades políticas, hambre y un colapso de los ecosistemas que haga de la tierra un lugar terrible para vivir.

2. Impacto de un asteroide

El impacto de un asteroide sigue siendo la hipótesis más aceptada para explicar la desaparición de los dinosaurios, y se cree que el famoso fenómeno de Tunguska de 1908 (que la cultura popular atribuyó a fuerzas extraterrestres) fue en realidad provocado por el impacto de un meteorito que hizo arder 2,000 kilómetros cuadrados de bosque siberiano. Por suerte, los astrónomos tienen mucha información sobre los asteroides que pululan por el espacio, pero sigue habiendo infinidad de cuerpos celestes sobre los que no se tiene ninguna información.

3. Pandemia letal

El auge de las superbacterias y los coronavirus es un hecho que no ha pasado desapercibido entre el gran público. El abuso de los antibióticos ha hecho que surjan nuevas cepas de bacterias letales a las que no se puede combatir con nuestros fármacos habituales, y la aparición de nuevos coronavirus pone en jaque a la industria farmacéutica, que no puede desarrollar medicamentos con la misma velocidad con la que aparecen nuevas amenazas.

4. Infección fúngica a gran escala

Las infecciones fúngicas (o micosis) son habituales, y muy peligrosas, en animales, pero no suelen tener importancia en humanos, que las sufren, casi en exclusiva, en la piel. Hasta que la tengan, un peligro que temen numerosos especialistas. Una grave epidemia de hongos está siendo letal para la población de ranas estadounidense. Si algo similar ocurriera entre los humanos las consecuencias serían catastróficas, no sólo por la peligrosidad de los hongos, sino, más bien, porque su tratamiento no está tan avanzado y son muy contagiosos.

5. Un virus creado en laboratorio

No sólo podemos temer las amenazas naturales. En los laboratorios se experimenta enormemente con todo tipo de cepas alteradas de virus y bacterias y, aunque los centros suelen contar con grandes medidas de seguridad, siempre se podría dar la posibilidad de que una cepa alterada y letal saliera por cualquier motivo del laboratorio, o fuera liberada intencionadamente, y provocara una pandemia global.

6. Holocausto nuclear

La amenaza del desastre nuclear, el gran temor de la humanidad durante la Guerra Fría, está más apagada, pero todavía es imposible de descartar. La escalada nuclear de países como Corea del Norte o Irán preocupa, y mucho, a la comunidad internacional. Y aunque EEUU y Rusia han avanzado algo en el desarme, siguen teniendo material suficiente para que la humanidad sea historia.

7. Rebelión de robots

No estamos hablando de una historia como la que se narra en Terminator o Battlestar Galactica, al menos en el próximo siglo, pero no cabe duda de que los robots son el futuro de la industria militar. ¿Qué ocurrirá cuando existan ejércitos enteros de autómatas armados hasta los dientes? Puede ser que la inteligencia emocional no haya avanzado tanto como para que los robots tomen la iniciativa pero debería preocuparnos lo que estos pueden hacer en malas manos. Un soldado puede amotinarse, y tiene sentimientos, un robot no.

8. Una catástrofe demográfica

Aunque el gran temor que Thomas Maltus formuló en el siglo XIX (que la humanidad crezca tanto que los medios de subsistencia no puedan mantenerla) ha sido desestimado en múltiples ocasiones, lo cierto es que la producción de alimentos podría ser un problema en las próximas décadas. Hoy en día, una de cada siete personas en el mundo pasa hambre, una cifra que podría crecer de forma preocupante si no se toman medidas.

Fuente: Contenido.com.mx