El asesinato de la hija de la senadora Carmen Medel Palma, acribillada a balazos, a plena luz de día, adentro del gimnasio en donde se hacía ejercicio, conmocionó a la comunidad de alumnos de Universidad Veracruzana.
Valeria tenía 22 años de edad y estudiaba medicina, en el campus de Ciudad Mendoza. Sus amigos y compañeros de estudios se despidieron de ella de manera simbólica: “Siempre te recordaremos”, decía un letrero pegado en la entrada de la Facultad de Medicina.
Maestros y estudiantes formaron un altar con rosas blancas, fotografías y decenas de veladoras en su honor.
“Valeria era una persona feliz, le gustaba el suhi, tomaba clases de danzas polinesias y escuchaba a Cold Play y Maroon 5”, declaró una amiga en el campus universitario.
Sus amigos saben que ella era sana, hacía mucho ejercicio, fanática del fútbol americano. “Jugaba tochito bandera y resultó varias veces campeona con las “Wildcats”.
A puerta cerrada, familiares, maestros, compañeros y amigos le rindieron un homenaje con un pase de lista en la que fuera su escuela.
“Valeria, nunca te irás de aquí, estás en nuestros corazones”.
