Los apodos más lúgubres de narcotraficantes

A medida que la violencia empeora en la guerra por las drogas en México, los apodos de los capos mafiosos se han vuelto más sombríos, reflejo de su actitud impersonal y casi industrial hacia la violencia.

Ya no hay apodos como “El Rey” (Jesús Zambada García), “El Señor de los Cielos” (Amado Carrillo Fuentes) o “El Jefe de Jefes” (Arturo Beltrán Leyva), quienes están muertos o presos.

“Lo que estamos viendo es un apodo distinto que refleja una manera distinta en la que los criminales se identifican y a las nuevas formas de violencia”, comentó Martín Barrón, experto en criminología del Instituto Nacional de Ciencias Penales de México.

Baltazar Saucedo Estrada, presunto líder del cartel de los Zetas, “El Mateperros“, supuestamente ordenó a sus secuaces prenderle fuego a un casino en Monterrey el año pasado como castigo a los propietarios por negarse a pagar extorsión. Murieron 53 personas, y Saucedo Estrada fue arrestado ene enero.

No se sabe por qué se llama así: los narcotraficantes suelen tildar de “perros” a los enemigos o a la policía, y se dice que a los jóvenes reclutas se les obliga desmembrar perros como práctica para luego hacerlo con seres humanos.

Otro capo de rango medio de los Zetas, William de Jesús Torres Solórzano, alias (“El Comegusanos”), era supuestamente el encargado de finanzas del cartel. Es posible que su apodo vino del entrenamiento extremo a que los criminales son sometidos, parecido al de los comandos guatemaltecos Kaibil, en que los reclutas tienen que comer insectos a fin de sobrevivir en la jungla.

“La Puerca” (Manuel Fernández Valencia) al parecer era cercano a Joaquín “El Chapo” Guzmán y su sobrenombre al parecer se debe a la manera “puerca” en que mataba a sus adversarios. También se le conocía como “El Animal”.

Cuando fue capturado“La Rata”, llevaban cinco granadas y aproximadamente un millón de dólares en efectivo. A “Basura” lo agarraron tratando de extorsionar a conductores de autobús, según la policía. Se dice que “El Vago” calcinaba a sus víctimas y las enterraba en fosas clandestinas.