¿Por qué algunos hombres buscan o dejan a sus parejas por mujeres más jóvenes? Esa pregunta que nos ha perseguido desde siempre, tiene su respuesta en el departamento de frutas y legumbres del supermercado. Cuando vamos al súper a comprar estos productos ¿cuál elegimos? Los que se ven más frescos y rozagantes ¿no? Pues en una relación esto no es distinto. Tanto los hombres como las mujeres andan con personas mucho más jóvenes que ellas porque necesitan recuperar la chispa que se perdió en algún lado.
Hay que reconocerlo, cuando el hombre va haciéndose viejo (y eso puede empezar desde los 40 años), le agarra una especie de segundo aire y necesitan con quien compartirlo, y frecuentemente lo hacen con gente menor que ellos porque son los que supuestamente los entienden, y más bien lo que pasa es que les dan el avión con su calentura.
Las mujeres somos distintas, en la medida que maduramos vamos queriendo otras cosas, buscamos más certidumbre y solidez. Comprar un auto deportivo no entra entre nuestros planes, a lo mucho nos da por reinventarnos pero difícilmente nos pintamos el cabello de azul. Cuando decidimos andar con un lolito no es porque queremos convertirlo en nuestras células-madres-rejuvenecedoras, sino porque necesitamos equilibrar, tal vez con un poco de emoción, nuestras vidas.
Lo que sí es un hecho, por favor reconozcámoslo, es que así como hay hombres que por no aceptar su edad hacen muchas ridiculeces, hay mujeres que cuando maduran parece que se les van los nutrientes, y no sólo se empiezan a arrugar como si las hubieran metido al refrigerador por meses, sino que pierden la chispa, empiezan a parecerse a una flor: la amargarita, se abandonan a su suerte y casi siempre su suerte es su peor enemiga.
Lo injusto del asunto es que en las relaciones de edad distinta no nos tratan igual a todos. Si un cincuentón anda con una chava de 25 años, a él le dicen galán y a ella gold digger (cazafortunas); si una mujer que ronda los cuarentas o los cincuentas anda con uno 10 años mejor, ella se convierte en cougar y él en un lolito.
La verdad debería dejarnos de importar lo que los demás piensan, si queremos andar con un menor, mientras sea cancha reglamentaria y esté en edad legal para prender y apagar la luz debería ser suficiente. Seguramente van a decir que lo mantenemos, que digan lo que quieran, total solo nosotras sabemos que pasa cuando se cierra la puerta ¿no?
Las características que cada edad le dan al hombre son únicas y depende de lo que la mujer busca para saber si quiere con melón o con sandía. Una gran amiga me dijo que lo que ella buscaba en un hombre es que tuviera calle, cama y libro (c-c-l), o lo que yo traduje como: experiencia/mundo, cama e inteligencia. Muy probablemente un lolito tendrá cama y tal vez libro, pero le faltará calle; por otra parte un madurín seguramente tendrá algún que otro problema en la recámara, a veces también habrá sorpresas.
Personalmente a mí me gusta la combinación c-c-l y es lo que busco en una pareja. Me da la impresión que sólo puedo tener las tres en hombres de mi edad o más maduros, pero por supuesto tampoco descarto la posibilidad de que alguien menor me sorprenda.
