10 cosas que odio de ti

Los hombres son maravillosos seres que nos pueden traer infinitas horas de felicidad, pero también tienen el tino de lograr que la leona dormida que traemos dentro se convierta en una fiera.

¿Cómo lo hacen? Con sencillos detalles, nada tan grave y conceptual como ellos mismos piensan. Después de un sondeo profundo y serio entre mis amigas, con un alto rigor científico que proviene de la experiencia (y ante esa contundencia ¿quién puede cuestionarla?) enumero a continuación aquellas cosas que las mujeres más odian de los hombres.

Todo con un simple fin social de querer hacer un bien a la humanidad y, en la medida de lo posible, lograr que dejen de vivir en el engaño.

1. Muchas de las cosas que más nos enojan están relacionadas con el orden, la limpieza y las buenas costumbres. El hábito más reprobable tiene que ver con la que parece su enemiga número 1: la tapa del baño del WC. Hay algunos que no la tocan para subirla ni bajarla y que ni se atrevan a negarlo, las gotitas culposas los delatan. Lo mismo sucede con la pasta mal aplastada o las toallas mojadas por todos lados. No es gracioso tampoco que eructen o que se estén tocando y rascando las partes nobles como si fuera “rasca-huele” (¿te acuerdas de esas calcomanías?). Los pelos en las orejas o en la nariz, es un No-No. Ahhh y el rollo de papel de baño no se pone solo ni se reproduce milagrosamente.

2. Amamos que cocinen pero no que lo hagan como si el departamento de limpieza del gobierno estuviera esperándolos para arreglar todo el desorden y caos que dejan a su paso.

3. ¿Y qué me dicen del look? Es tolerable que usen playeras de su equipo favorito cuando están jugando, pero ¿entre semana? ¿really? Lo mismo sucede con las camisetas de tirantes y los calcetines con huaraches. Pero ¿qué tal cuando salen y tú estás arregladísima, echando tiros y él sale como si fuera a ir por las tortillas?

4. ¿No odias que hablen como bebés, niños o escuincles consentidos? Queremos a un hombre que nos haga sentir que a su lado nada nos pasará, no deseamos estar con Chabelo ¿ok? Ni con nuestro hijo o hermanito.

5. Sabemos que los hombres no pueden hacer dos cosas al mismo tiempo y así los queremos pero ¿te has fijado como quedan en estado vegetal cuando juegan videojuegos? Lo hacen como si de ello dependiera la paz mundial o el fin del mundo.

6. Y hablando de televisión, ¿no te parece que hay una relación morbosa casi fálica con el control remoto? Una vez que lo agarran no hay poder humano que haga que lo suelten.

7. En la intimidad qué tal el clásico que termina antes que tú sin ninguna consideración y te preguntan cosas cómo ¿qué tal estuvo mi amor? O ya acabe ¿tú no? Otra: que se dejen los calcetines en los momentos de pasión, no por favor, es el más poderoso matapasiones. Y luego, que se queden dormidos como si estuvieran tomando el sol: las palmas de la mano en la nuca, los codos extendidos y toda la cama para ellos. Que se compren su camastro y asunto arreglado, a dormir en el suelo.

8. Los clásicos queda-mal deberían desaparecer de la faz de la tierra. “Mi amor vamos a cenar…” y 2 horas después “ya cené unos tacos con mis cuates”.

9. Los comodines… esos que como la humedad se van metiendo a tu casa sin aportar nada, ni una manzana y que cuando por fin un día compran la despensa alardean como si te hubieran comprado casa nueva.

10. Que solamente nos hablen con apodos y más si estos son diminutos y que no tienen que ver nada con nuestra personalidad o al contrario, la acentúen: flaquita, gordita, prietita o los cursis como: corazoncito de malvavisco o pastelito de relleno azucarado.

Como los amables lectores podrán ver, en esta lista no aparece que nos sintamos incomprendidas, desatendidas o que busquemos que nos traten como princesitas; tampoco que queramos que el hombre siempre esté ahí a nuestra disposición dándonos soporte emocional. Esas cosas son muy importantes sí, pero cada mujer es diferente y no hay un consenso total sobre esto.

¿Pero saben qué? No habría justicia en este mundo si no diéramos derecho de réplica y además, conociéramos la opinión de los hombres sobre ¿qué odian más de sus parejas o las mujeres en general? Por ello, en mi próxima colaboración vendrá… la revanchaaaaaa.