10 rapiditas e imparables sobre la disfunción eréctil

Un tema tabú para cualquier hombre: los problemas de erección. Ese secreto que guarda en lo más interno de su ego masculino y que difícilmente sale a la luz luego de los fracasos en la cama. Aquí te proponemos diez puntos para informarte y actuar si lo necesitas.

1. A todos les ha pasado que alguna vez su gran orgullo, su héroe de mil batallas, el símbolo de su virilidad, les ha fallado a la hora de la verdad. ¿Por qué si no, habría tantos anuncios en los medios sobre el tema? Una cosa es que se trate de una mala noche, y otra que sea de todas las noches. De lo sano a lo enfermo hay un largo trecho.

2. Quesque las erecciones se producen por estímulos visuales (simplemente ver el logotipo de la revista Playboy), táctiles (un roce o una caricia), auditivos (cochinaditas al oído) o imaginativos (fantasías, recuerdos e imágenes explícitas)…

3. Sí, el aparato masculino funciona mediante estímulos, pero ojo, el que manda de verdad es la gran computadora central: el cerebro. Cuando el cerebro manda la orden el flujo sanguíneo se va hacia el pene y genera el milagro: (como dijera el Doctor Frankesntein) ¡está vivo! ¡está vivo!
El circuito cerebro-sistema nervioso involuntario-vasos capilares del pene mantienen al órgano erecto hasta la eyaculación y finalmente el milagro se acaba, el monstruo se queda dormido.

4. La edad, la diabetes, la hipertensión, el colesterol, el tabaco, los medicamentos, el alcohol o la marihuana, son algunas de las más acusadas causas para la DE. Sin embargo muchas otras tienen un origen más emocional como el estrés, la preocupación, el exceso de trabajo, lo que provoca estados de angustia al no poder cumplir en la cama. Take it easy!

5. Existe una regla de oro para el proceso de sanación del hombre y tiene que ver con no dañar su autoestima. El paso número 1 es que su pareja no se burle del mal de su compañero y que procure no hacer bromas al respecto. Hay que convencer al apenado de que se solucionará el problema…

6. A veces el remedio puede ser peor que la enfermedad. Dicen los que saben que los productos milagro que prometen incrementar la potencia sexual que venden en algunas tiendas o por la televisión, que por lo general se llaman tónicos masculinos o vigorizantes, actúan a nivel vascular incrementando la presión de la sangre y pueden desencadenar problemas cardíacos u otros males graves.

7. Algunas mujeres encuentran suficientes otras maneras de tener placer, sin que sea tan mala la falta de erección. Sin embargo, el estado anímico del hombre debido a la frustración y el ego herido por causa de la disfunción, termina por generar pleitos.

8. Hay también otras soluciones externas: pueden ser anillos ajustables, los tubos que se insertan en los cuerpos esponjosos con una pequeña reserva de solución salina implantada detrás de la pared abdominal. Existe también la bomba de vacío, popularizada por Andrés García, que ayuda a conseguir una erección pero no solucionan el problema y puede resultar peligrosa y hasta penosa.  Sólo imagina una fuga de la solución salina en pleno ataque o la antierótica visión del pene que permanece blando bajo la zona donde se aplicó la bomba…  Podrían desinflar al más plantado.

9. Están tambien las soluciones farmacológicas: prescritas por un médico o un urólogo, pueden ser adecuadas. Prostadil (en inyección de 5 a 20 minutos antes del acto, auuuch), sildenafil o Viagra (en pastillas cuyo efecto dura entre 3 y 5 horas) o Tadafil (en pastillas, para 36 horas de disposición) son buenas opciones aunque tienen efectos secundarios. El “hombrecillo” se puede erectar pero el hombresote puede tener dolores de cabeza, mareos, dolor de estómago y no estar muy dispuesto al amor.

10. Un llamado a la reflexión: El hombre que sufre de disfunción eréctil debe revisar su cabeza, entender qué trae en su mente y por supuesto descartar cualquier problema de origen físico.

No parocles, no paragüas o de plano que ni con el Himno Nacional, son las frases chistosas con las que los susodichos suelen bromear del problema, pero que por dentro hasta los pueden hacer llorar.

Para convertirse en un buen amante en la cama no hace falta tener un bastón entre las piernas.
Quizá sea el momento de hacer un cambio y dejar a un lado las erróneas ideas de lo que se ve en las películas pornográficas.