10 Respuestas que debes tener antes de casarte

En América Latina, el matrimonio es más que una costumbre, es una especie de obligación, sobre todo por la presión que suele ejercer la familia en los novios, por lo cual es fácil tomar una decisión de la que no estás convenido.

El matrimonio, puede ser sinónimo de años de felicidad y una vida completa al lado del “amor de tu vida”, pero también puede significar un martirio.

¿Me siento bien con su familia?
Muy bien dicen que cuando te casas con alguien te estás casando con toda su familia. Recuerda que si tienes problemas con ellos, lo más seguro es que los seguirás teniendo durante el matrimonio. Antes de dar el “sí”, hay que limar cualquier tipo de asperezas con quien las tengas.
¿Queremos tener hijos? ¿Cuántos?
Si queremos una vida juntos, hay que realizar un plan donde sepamos si queremos hijos o no, cuántos, cómo se manejarán los gastos. La llegada de los hijos puede ser perturbadora, lo que puede generar problemas. Lo mejor es conversar antes al respecto.
¿Tenemos una idea clara de las obligaciones financieras?
¿Ya acordaron cómo manejaran el dinero? Puede que sea un tópico difícil de tratar, pero hay que conocer las metas de cada uno, las costumbres de gasto y de ahorro. Así se podrá llegar a un acuerdo sobre cómo se manejarán los gastos compartidos.
¿Conocemos las necesidades espirituales y creencias del otro?
Durante el noviazgo es una buena oportunidad para conocer al otro, pero será mejor preguntar de manera directa cómo será la forma en que cada uno desarrollará su espiritualidad y creencias religiosas. Deben hablar del tipo de educación religiosa se inculcará a los hijos, si es que los tienen.
¿Quién hace qué en la casa?
Las costumbres de cada uno son diferentes, así que hay que conocer las expectativas que tiene cada uno sobre el mantenimiento de la casa, sobre quién se encargará de determinadas tareas, básicas, como los quehaceres del hogar. Que no haya sorpresas.
¿Hay algo, en la actualidad, a lo que no quieras renunciar cuando estés casado (a)?
Cuando se contraen nupcias, se pasa de ser un individuo independiente a un dúo que requerirá tiempo y atención, por lo que puede que los proyectos individuales sean un poco más difíciles de cumplir.La llegada de hijos puede, también, atrasar las cosas. ¿Estás dispuesto?
¿Existe la suficiente confianza en el ámbito sexual para estar cómodo uno con el otro?
Por tabú social o por pena, el tema suele dejarse de lado, pero es de importancia tratarlo para saber qué nos gusta, qué no, qué queremos hacer y qué nos hagan, qué necesitamos. El sexo es un pilar de la pareja. Si no te gusta el sexo cuando son novios, es complicado que te guste después.
¿Qué hay de: “en la salud y en la enfermedad”?
¿Estarías dispuesto a sacrificar todo por tu pareja? Ante la emoción es probable que no se piense en posibilidades negativas, pero no estamos exentos de problemas, así que hay que organizar un plan de “¿qué haría si…?” y saber a qué tanto estamos dispuestos.
¿Quiero cambiar algo de mi pareja en cuanto seamos oficialmente esposos?
Muchas mujeres han confesado que se casan con la esperanza de que sus parejas cambiaran algunas conductas después de las nupcias; mismas que admiten que no lo han logrado. El matrimonio no es una solución a nada, al contrario, magnifica lo que nunca te gustó del otro.
¿Es el divorcio una solución?
Si quieres contraer matrimonio pensando en que si “no la hacen” te puedes divorciar, es probable que debas replantearte el fin último del matrimonio. El divorcio puede ser una solución ante lo que parece no tener solución. Pero si inicias con esa idea, seguro fracasas.