La Confederación Internacional de Trabajadores nace con 150 sindicatos y diez federaciones de trabajadores en todo el país.
Su presidente, Napoleón Gómez Urrutia, negó que la CIT sea una “agencia” del gobierno o del partido en el poder, pero dijo que “irán de la mano” con el proyecto del gobierno, a fin de que cambien las condiciones de la clase obrera en México.
Ayer, en el auditorio de la sede del Sindicato Minero, se llevó a cabo la asamblea constitutiva de la CIT, al evento asistieron Martín Esparza, líder de los trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro, y Rodolfo González Guzmán, líder de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), así como legisladores de Morena de ambas cámaras.
Gómez Urrutia señaló que la CIT cuenta con el respaldo de federaciones internacionales como las centrales obreras del acero y minería de Estados Unidos y Canadá, la Steel Workers Organitation y la AFL CIO.
La CIT apoyará las elecciones mediante voto libre, directo y secreto de los trabajadores en los sindicatos para que puedan elegir, no sólo a sus líderes sindicales sino también a qué confederación obrera quieren pertenecer, indicó Gómez Urrutia, quien fuera el líder del Sindicato Minero.