La primera quincena de mayo se registró la segunda inflación más baja de la que tengamos registro en toda la historia: 2.93% anual.
La única ocasión en la que hubo un menor registro quincenal fue en la segunda quincena de noviembre de 2005, cuando llegó a 2.80% anual.
La baja inflación propicia condiciones favorables:
1. El índice de la tendencia laboral de la pobreza se redujo a tasa anual al caer en 2.4% contra el último trimestre del año pasado.
2. En los 12 meses previos a mayo de este año, el salario mínimo promedio a nivel nacional tuvo un incremento real de 2.6%.
3. Se registró un incremento de la productividad laboral, que aumentó en el último trimestre del año pasado en 2.9%, la tasa más elevada para un periodo semejante desde 2010.
4. Esto hace pensar que el crecimiento del salario real en esta ocasión tenga una base que permita darle sustentabilidad en los próximos meses y años.
Contexto
Cabe recordar que en la segunda mitad de la década de los 80 se vivió lo que se denomina una hiperinflación. En febrero de 1988, en la recta final del sexenio de De la Madrid, llegamos al récord de inflación sobre base anual: 179%. Esto significaba un promedio mensual de 8.6%
La inflación que hoy tenemos en un año completo, en ese entonces la teníamos en semana y media. Eran tiempos en los que había que gastarse el sueldo apenas lo recibía uno porque en los siguientes días ya todo iba a estar más caro.
La hiperinflación fue larga, durante un año y nueve meses tuvimos una inflación anual de tres dígitos. Se presentó el más severo deterioro en el salario mínimo. Entre enero de 1985 y el mismo mes de 1989, los minisalarios pasaron de 938 a siete mil 252 pesos. Un incremento nominal de 673 por ciento.
Hoy el contexto es diferente, las condiciones propiciadas por las reformas estructurales, ya se sienten en los bolsillos de los mexicanos, aunado a los resultados de la inflación, la productividad laboral, y las condiciones para los siguientes años, se confirma que la tendencia será favorable.
