1. Empieza con los ejercicios de Kegel. Apretando los músculos del suelo pélvico (alrededor del ano) un rato todos los días, mejorarán tus erecciones (si eres hombre) y tus orgasmos (tanto si eres varón como mujer).
2. Estar en forma mejora el rendimiento y el placer sexual. Empieza a hacer algo de deporte, o haz más del que haces. Unas simples flexiones, abdominales o sprints te pueden ayudar a tener sesiones más largas y satisfactorias.
3. Aumenta tu testosterona. Esta es la hormona que tiene a los adolescentes alterados, pero en los adultos se encarga entre otras cosas de regular tu apetito sexual, tu estado de ánimo y el tono muscular.
Incluye comidas que son ricas en zinc: ostras, hígado, mariscos, aves, nueces y semillas, pescados grasos como el salmón y el atún, aguacates, olivas, aceites vegetales y mantequilla natural de maní o puedes comprar un suplemento que te proporcione al menos 50 a 100 mg de zinc diariamente.
4. Duerme una hora más. El sueño es el enemigo del sexo, y descansar menos de lo que debes aumenta tus niveles de cortisol, hormona del estrés que acaba con la libido.
5. Usa la imaginación, solo o en pareja. Pensar en el sexo es una buena forma de animarse a practicarlo. La literatura y el cine erótico, son buenas recetas.