5 años de inseguridad y de violación de Derechos

Tal como lo señaló Jesús Silva Herzog Márquez, el sexenio de Felipe Calderón será recordado como el sexenio de la muerte.

No existe una sola estadística que señale menos de 40 mil muertos en el marco de la guerra contra el crimen organizado que emprendió el mandatario.

Además, se cuentan por miles las desapariciones forzadas, los cateos ilegales, las torturas, los caídos sin identificar, según distintas fuentes. Lo mismo la CNDH que la internacional HRW.

Ante ello, empecinado en su campaña de sangre, Calderón salió hoy a defender su estrategia, señalando que enfrentar a los criminales es y seguirá siendo la misión de su gobierno.

Pero es que nadie ha pedido lo contrario. La crítica radica en el cómo lo está haciendo, privilegiando la fuerza por encima de la inteligencia y de los Derechos Humanos.

Hoy, además, hay otro cuestionamiento. En la misma lógica del operativo “Rápido y furioso”, se ha dado a conocer que la DEA participó en el lavado de dinero para conocer cómo operan los cárteles mexicanos.

Operación encubierta y aparentemente permitida por el gobierno mexicano, lo que pone en duda la defensa de la soberanía nacional que le compete al Gobierno Federal.

Así, los 5 años de Calderón en Los Pinos están manchados de sangre, no sólo de criminales sino también de miles de inocentes, pero también estos cinco años han sido de impunidad y de extralimitación de las fuerzas del orden público encabezadas por el segundo presidente panista de México, y, además, en contra de la soberanía nacional. Sí, el de Calderón es el Sexenio de la Muerte y de la impunidad.