1. Busca bichos en la cama
Revisa tu colchón, la base de tu cama, la cabecera y las almohadas.
2. Limpieza
Tu habitación puede lucir limpia pero eso no significa que lo está. Las camareras podrán limpiar el baño pero ¿se tomarán el tiempo de limpiar todos esos lugares en los que se acumulan gérmenes, como los controles remotos, los apagadores o los picaportes.”
3. Checa los lugares propicios para esconder cosas
Antes de relajarte en el cuarto de hotel, revisa esos lugares de escondites para asegurarte de que en serio estás solo: bajo la cama, en el clóset y en la regadera. Un intruso podría haberse escondido antes de que estés acostado en tu cama.
4. Asegúrate de que los controles de temperatura funcionen
La habitación de tu temperatura podría parecer adecuado pero se podría volver intolerablemente caluroso o frío mientras intentas dormir. Si esperas hasta la noche para averiguar si los controles funcionan o no, tal vez te encuentres con que no hay trabajadores del hotel disponibles.
5. Quita el cubrecama
Las sábanas y las fundas de almohadas son fáciles de lavar, los cubrecamas no. Algunos hoteles simplemente no se preocupan por eso.
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