5 Datos impactantes de alimentos

Por qué el picante no se va con agua, la bechamel salpica y al pescado se le añade limón. Aquí, 5 misterios que te podrían interesar.

¿Por qué la verdura hervida adquiere ese color?

Porque, al hervirla, la clorofila se pone gris.
La clorofila, el pigmento responsable del color verde de la verdura, se degrada a las temperaturas que se alcanzan durante la cocción, y se transforma en feofitina, de un verde mucho más mustio. Más en detalle: existen dos clases de clorofila, la a y la b. La primera es verde-azulada, y la segunda verde-amarillenta. Al cocer, la clorofila a se degrada en una feofitina verde grisácea, y la b en feofitina verde oliva.

¿Por qué se le echa limón al pescado?

Porque ya no está completamente fresco. El primer síntoma de que el pescado comienza a degradarse es la formación de aminas y amoníaco, que le confieren ese característico “olor a pescado” que el limón contrarresta. Pero que no cunda el pánico.

¿Por qué la nata para montar sirve para cocinar, pero no al revés?

Porque la de cocinar está demasiado aguada.
La nata (o crema de leche) es una emulsión de (poca) grasa en agua. O de un modo más intuitivo, leche “gorda”, enriquecida en grasa, para que resulte más espesa, suave y dulce. Para tener una guía, la leche entera contiene un 8% de materia grasa. La nata para montar tiene como mínimo un 35%, y la nata para cocinar en torno al 18-20%. Demasiado aguada todavía para adquirir consistencia sólida y que se convierta en esa tentadora espuma que es la nata montada.

¿Por qué es preferible salar después del guiso?

Al salar el agua se modifica la presión osmótica. Es decir, cuando dos medios líquidos con diferente concentración están en contacto, el agua circula del más diluido al más concentrado. Por eso, si se quiere cocer una verdura, mejor salar antes, porque así los sabores no escapan del alimento. Si quiero una sopa, mejor justo al final.

¿Por qué beber agua no apaga el picor de los pimientos?

Porque el agua no apaga ese fuego; lo extiende.
Los culpables del picor de los pimientos son unos compuestos conocidos como capsaicinoides, entre los que destaca la capsaicina: una sustancia incolora, inodora e insípida, y cuya “única” contribución a la causa organoléptica es su capacidad para encender los receptores del dolor presentes en la boca, para advertirnos de las temperaturas altas. De ahí la sensación de que la boca arde. Para acabar de complicar, los capsaicinoides no son solubles en agua, por lo que al beberla solo conseguimos extender el fuego.

 

Fuente: Quo