A cualquiera le agrada tener admiradores secretos. Son alimento para el ego, siempre necesario, siempre reconfortante. Si de pronto, alguien que no conoces te da un “poke” en Facebook y no está de malos bigotes, entonces un pavorreal a lado tuyo queda como insignificante. ¿A quién no le gusta que le hablen bonito al oído?
El problema viene cuando, sin solicitarlo, recibes mensajes que dejan de ser halagadores para entones convertirse en acoso. Cuando la persona en cuestión sabe más de tu vida que tu propia madre; cuando además dramatiza porque no le haces caso, porque no le respondes inmediatamente o porque no lo profesas igual admiración.
Poniéndote alerta, es fácil identificar a un stalker, esa personita incómoda que de un día para otro decide “cazarte”, “acosarte”, “orillarte” al bloqueo e incluso, en el peor de los casos, alertar a tus amigos de sus existencia. Aquí de damos 5 consejos para identificar a una stalker, antes de que sea demasiado tarde: