- Hacer ejercicio: No necesariamente tienes que pagar una fortuna en el gimnasio, siempre puedes dedicarle media hora a una sesión de yoga o a una caminata. Incluso 15 minutos de estiramientos funcionan para activar el cuerpo.
- Planificar actividades: Saca tu agenda y traza el plan del día, así como tus prioridades y objetivos. La mañana es un buen momento para ello porque tendrás un espacio de tranquilidad y podrás reflexionar con mayor claridad sobre las cosas importantes. No olvides planear los tiempos de descanso.
- Desayunar saludablemente: Esta es la comida más importante del mundo y te permitirá poder concentrarte sin pensar en tu estómago. Desayuna con tu familia o aprovecha para, de vez en cuando, organizar reuniones-desayunos y mata dos pájaros de un tiro.
- Visualizar: Las horas de la mañana son el momento perfecto para meditar y visualizar el día por delante, observar los retos y metalizar una actitud positiva. Esto cambiará tu día de manera impresionante.
- Primero lo primero: Hay una frase popular que dice que en el día hay que empezar por comerse los sapos más feos. Esto significa que si tenemos un pendiente que nos causa agobio o estrés, hay que comenzar por resolverlo y después pasar a las siguientes tareas.