5 opciones para dar el grito de Independencia

La primera vez que se celebró el grito de Independencia fue el 16 de septiembre de 1812, es decir, cuando aún se estaba en plena lucha, fue en Huichapan, Hidalgo, cuando don Ignacio López Rayón celebró fecha tan importante.

El cumpleaños 201 del inicio del movimiento de Independencia, es motivo suficiente para celebrar (#dicen) a pesar de la violencia, el desempleo, los jóvenes que no estudian ni trabajan, la crisis económica mundial, la parálisis legislativa y los múltiples problemas que nos aquejan. Todo está listo, el zócalo, las fuerzas del órden público, las mejores galas tricolores… porque la fiesta, a pesar de todo, es parte de la vida de los mexicanos.

En La Primera Plana te presentamos algunas opciones para dar el grito de Independencia.

  1. En el Zócalo capitalino, libre ya del plantón del SME que le hizo el favor a los mexicanos por la módica cantidad de 21 millones de pesos y la promesa de recontratar a los electricistas. Ahí, en la Plaza de la Constitución, el presidente Calderón dará su penúltimo grito en Palacio Nacional.
  2. En Toluca, donde Enrique Peña Nieto encabezará las fiestas patrias como gobernador saliente del Estado de México. Se trata de sus últimas horas como mandatario de la entidad. En el mismo acto, entregará la bandera mexicana al gobernador electo, Eruviel Ávila Villegas, quien la ondeará desde el balcón del Palacio de Gobierno mexiquense.
  3. En gustos se rompen géneros. Por quinto año consecutivo, Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores llevarán a cabo el llamado “Grito de los libres”, pero ahora será en la ciudad de Salamanca, Guanajuato. Ahí, el autoproclamado “presidente legítimo” continuará su gira de promoción.
  4. Xalapa, Veracruz, tendrá una visitante distinguida. La cantante Lucero está confirmada como artista invitada quien dará el show al término de la ceremonia protocolaria del Grito por el gobernador Javier Duarte de Ochoa.
  5. Pero si lo tuyo lo tuyo no es el sentimiento patriótico, ese grito bien podría ocurrir en la intimidad de una habitación, propia o alquilada, con la compañía de quien te haga saltar… el corazón.