5 recomendaciones para disminuir el colesterol

El colesterol es una sustancia soluble en grasa que proviene de dos fuentes: el cuerpo y que se le llama colesterol de la sangre; en este tipo, el colesterol se encuentra sintetizado por el hígado, intestino y otros tejidos.

Tanto el exceso de colesterol en la sangre (hipercolesterolemia), como la obesidad, la falta de ejercicio físico, la hipertensión arterial y el tabaco, facilitan el padecimiento de enfermedades circulatorias graves.

Aquí te presentamos 5 consejos para combatir ese asesino silencioso.

1. Mejora tu alimentación

Una dieta saludable puede ayudar a normalizar nuestros niveles de colesterol y a reducir la necesidad de fármacos. Las dietas que contienen muchas grasas saturadas y muchas grasas trans son peligrosas para nuestro colesterol sanguíneo. ¿Cómo evitar que la alimentación tenga mucha cantidad de dichas sustancias? Se debe, por una parte, enfatizar el consumo de hortalizas, legumbres, frutas frescas, cereales integrales (como pan integral, pasta integral, arroz integral), frutos secos y semillas. Por otra parte, conviene minimizar al máximo la ingesta de embutidos, carnes rojas, bollería, repostería, helados, aperitivos salados, postres lácteos, quesos o salsas.

2. Controla tu peso

Perder kilos de más no sólo ayuda a reducir el colesterol LDL (el llamado “colesterol malo”) sino que también incrementa los niveles de colesterol HDL (“colesterol bueno”, que ayuda a evitar que el colesterol se acumule en nuestras arterias). La fórmula para tratar el exceso de peso debería estar compuesta por estos cuatro componentes: Seguimiento por un especialista; alimentación saludable; modificación de los hábitos de vida (eso incluye al ejercicio físico habitual y persistencia.

3. Levántate y anda

La actividad física regular (como caminar a paso ligero unos 30 minutos cada día) ayuda a mantener o a disminuir el peso corporal, aunque también puede aumentar el “colesterol bueno” (HDL) y disminuir el “colesterol malo” (LDL) y los triglicéridos. El National Center for Complementary and Alternative Medicine (NCCAM) propone un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física. La Organización Mundial de la Salud (OMS) va más allá: en su informe ‘Recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud’ señala que lo ideal es realizar 300 minutos semanales de actividad física (en sesiones nunca inferiores a 10 minutos). También aconseja que realicemos un mínimo de dos veces por semana actividades de fortalecimiento de los grandes grupos musculares.

4. Sé prudente con el uso de suplementos dietéticos

Minimiza el uso de “productos dietéticos”. Si no estás del todo seguro de su efectividad, seguridad o necesidad, no los compres. Consulta con su médico o con tu dietista-nutricionista las posibles interacciones fármaco-nutriente o fármaco-principio activo del producto. Si observas algún efecto secundario, póngase en manos de un médico y denuncie la situación ante una institución que se dedique a la defensa del consumidor.

5. Comparte tus dudas con el médico

De igual manera que no permitimos que cualquier autodenominado “experto” repare un puente agrietado, no conviene dejar nuestra salud en manos de personal no cualificado. El médico conoce qué medidas han demostrado eficacia y (no menos importante) seguridad para reducir los niveles de colesterol. Nuestro médico debe conocer toda práctica complementaria o alternativa que realicemos, y eso incluye a los suplementos dietéticos. Uno de los motivos es que pueden generar interacciones indeseadas (y de consecuencias imprevisibles, por la falta de estudios en humanos) con los fármacos que disminuyen el colesterol, llamados “estatinas”.