Pasada la Navidad y el fin de semana largo, seguramente la “cruda” moral de haber comido de más te está acabando. Y como quieres prepararte para la cena del 31 de diciembre, es probable que pienses en hacer una dieta de pánico estos días.
Juan Revenga, dietista-nutricionista y profesor de la Universidad San Jorge, de Zaragoza die: “Lo que toca después de la Navidad es analizar si nuestro planteamiento sobre alimentación es el más adecuado, teniendo en cuenta que estas fiestas las vamos a celebrar todos los años”.
“Que nos pasamos con la bebida y la comida es evidente. La ganancia de peso real en personas sin sobrepeso ni obesidad es inferior a los 2.5 kilos de media que se suele esgrimir de los excesos, sobre todo en personas mayores y adolescentes”.
Después de los excesos con la conciencia tranquila toca plantearse qué tienes que comer cuando ya se lo ha comido todo.
5 Tips que te podrán ayudar:
1. La teoría de la compensación no ayuda
“No hay que caer en el error de que como me he pasado, me tengo que someter a la purga de Benito para compensar”, dice el dietista-nutricionista. “Saltarse las comidas puede ser arriesgado, porque al restringir la ingesta el apetito aumenta y vamos a picar cosas que no convienen”, indica Silva. “Hay que volver a una alimentación variada y equilibrada, con todos los grupos alimentarios. No se debe restringir ninguno”.
2. Alimentación equilibrada
Revenga propone “revisar nuestro patrón de alimentación y evaluar lo que hacemos más allá de los periodos de celebración. Cuando asumamos la alimentación como un conjunto de actividades que vamos a realizar todos los días de nuestra vida, el problema de las fiestas desaparecerá”.
3. El ejercicio
“No se trata de estar horas en el gimnasio, sino de ir aumentando el ejercicio”, propone Neus Vila, dietista de la CUN. “Un podómetro es muy útil para ir aumentando el número de pasos al día hasta llegar a los 10.000 diarios”, sugiere la experta. Revenga añade que “lo que nos movemos” es un componente imprescindible dentro de un patrón de alimentación equilibrado. “El reto es”, precisa Vila, “adecuar la dieta al gasto energético de cada uno, según su actividad física y ejercicio realizado”.
4. Cinco comidas al día
Cinco raciones diarias entre frutas y verduras (por ejemplo, dos de verdura entre la comida y la cena y 3 frutas repartidas en las comidas); evita el exceso de grasas, dulces y embutidos y coma más pescado. No excluyas los hidratos.
5. No al ayuno
La clave no está en sustituir la cena por un té o una fruta tras una jornada de atracones, sino en redefinir el concepto de “atracón”. Una ensalada con pollo, pan y una pieza de fruta. ¿Por qué no? Eso sí: por la noche, sal a caminar.