6 Respuestas a mitos sobre el clítoris

Existen muchos mitos y tabúes alrededor del clítoris, en las parejas y en el inconsciente de la gente.

La organización francesa Osez le Clito publica algunos mitos y sus respuestas:

1. MITO: Generalmente las mujeres que no sienten placer durante la penetración

La vagina es muy pobre en materia de nervios, entonces, es por lo tanto muy poco sensible. La mayor parte de los placeres que siente una mujer en una relación sexual proviene del clítoris. De ahí la importancia de estimular esta zona previamente a la penetración.

2. MITO: El placer clitoridiano es para las más jóvenes

La mayor parte de los orgasmos de las mujeres, de todas las edades, se deben a una estimulación clitoridiana externa. La idea de que las caricias del clítoris son sólo reservadas a las mujeres más jóvenes es un error. A todas las edades, cualquiera que sea la zona estimulada, el clítoris juega siempre un rol en el placer de las mujeres.

3. MITO: Sin un orgasmo clitoridiano la mujer no tiene placer

La estimulación del clítoris es condición necesaria, pero no necesariamente suficiente, para que las mujeres obtengan placer y un orgasmo intenso durante una relación sexual.

4. MITO: El placer de las mujeres, el orgasmo y el punto G está en la cabeza de las mujeres, es psíquico y no mecánico.

Esta idea es falsa. Cerebro y clítoris, o cerebro y pene no se pueden separar, pues por supuesto las interacciones son permanentes. La estimulación mecánica, voluntaria o no del clítoris, crearán un placer que puede llegar hasta el orgasmo.

5. MITO: El orgasmo es más indispensable para los hombres que para las mujeres.

Los hombres pueden eyacular sin orgasmo o viceversa, en las mujeres es igual, pues el orgasmo y/o el placer clitoridiano son independientes y no interfieren con la ovulación.

6. MITO: Luego de un orgasmo, las mujeres no pueden sentir excitación física.

Contrariamente a los hombres, las mujeres pueden, en un plano estrictamente físico y en ciertas condiciones, tener una sucesión infinita de orgasmos, uno tras otro, sin periodo refractario.