8 Casos neurológicos asombrosos

El verdadero show de Truman

Margaret sufre paramnesia reduplicativa, un raro trastorno descrito por primera vez por el neurólogo Arnold Pick en 1903, aunque ya había referencias en la literatura médica en soldados durante la Segunda Guerra Mundial.

Después, el doctor Frank Benson en 1976 presentó tres nuevos casos y estudió su origen. Parece haber consenso en que este trastorno está causado por un mal funcionamiento de los sistemas cerebrales relacionados con la memoria (lóbulo frontal) y su parte emocional (hipocampo).

 

Mi perro es un impostor

Arthur es un hombre de 30 años que, tras sufrir un grave accidente en el que se golpeó la cabeza contra el parabrisas, permaneció en estado de coma durante semanas. Tras un largo proceso de recuperación en el que tuvo que volver a aprender a hablar, andar, etc., se ha vuelto tímido, y sobre todo se comporta de una manera casi infantil obsesionado con que sus padres no son más que impostores.

Salvo este pequeño “desvarío”, su estado físico y mental parece normal, y su relación con el resto de integrantes de su círculo familiar y social no ha sufrido ningún cambio, lo que hace que sus médicos descarten totalmente la amnesia como raíz del problema.

Un hombre con una memoria enfermiza

Es como si tuviera Google en la cabeza. Tiene hipermnesia, una memoria autobiográfica superdotada que registra cada detalle de toda su vida

El primer caso descrito de este síndrome es el de Jill Price, una mujer que recuerda cada momento de su vida desde los ocho años, y que fue publicado en la revista Neurocase en 2006.

Desde entonces, James McGaugh, de la Universidad de California en Irvine, el mayor experto en este síndrome, ha comprobado la existencia de otros 13 casos. Entre ellos, el de la violinista Louise Owen y el de la actriz estadounidense Marilu Henner que confesó recordar toda su vida desde que tenía 11 años en el programa de la CBS 60 minutos.

 

En coma, menos por teléfono con su padre

Jason Murdoch está ingresado en un centro de rehabilitación de San Diego tras una grave lesión en la cabeza a raíz de un accidente de coche. Ha estado tres meses en estado semiinsconsciente de coma vigilante, el conocido como mutismo acinético.

Una lesión en la corteza cingulada anterior de la parte frontal del cerebro le ha dejado postrado en una cama y es incapaz de andar y reconocer o interaccionar con otras personas, aunque está totalmente alerta y a menudo sigue con los ojos a quienes están a su alrededor. Y si su padre le llama por teléfono desde la habitación de al lado, Jason es plenamente consciente, reconoce a su padre y conversa con él sin problemas. Sin embargo, cuando este regresa a la habitación, vuelve enseguida a su estado zombi semi inconsciente.

 

Ciego a las caras 

Sufre prosopagnosia, un fallo en la zona del cerebro que registra los rasgos faciales

Tiene la misma dificultad para distinguir lugares, por lo que, si no tiene cuidado con tomar ciertas referencias, se pierde con facilidad. Este también es un rasgo común a muchos pacientes que sufren esta dolencia descrita en 1947 por el neurólogo alemán Joachim Bodamer, y de la que hasta hace unos años solo había descrita una docena de casos.

Hasta que en 2006 un equipo de la Universidad de Harvard anunció los resultados de un estudio que sugería que el 2% de las 1.600 personas analizadas sufría ceguera facial. Después, otro estudio alemán dio cifras parecidas. Así, se ha llegado a la conclusión de que laprosopagnosia congénita es más habitual de lo que se creía, pero ha pasado desapercibida como una falta de habilidad para “quedarse con las caras”.

 

Música de golpe

Una contusión en la cabeza le ha convertido en un genio musical. Es uno de los 30 casos conocidos de ‘síndrome savant’ adquirido

Amato sufre un síndrome savant adquirido con sinestesia. El primero consiste en la adquisición de sorprendentes habilidades artísticas y matemáticas tras sufrir un traumatismo cerebral grave, y solo hay 30 casos documentados en todo el mundo. No hay una explicación científica a este fenómeno, aunque algunos expertos aseguran que se produce por una compensación espontánea de una parte del cerebro cuando otra es dañada. Esta puede ser la explicación a que, en el caso de Amato, se le haya unido además una sinestesia que le permite “ver” sonidos. En su caso, notas musicales con las que, además, compone su música.

No hay ningún caso como el de Amato en todo el mundo, y según el médico que le atendió tras el accidente: “Lo que está claro es que la lesión en la cabeza cambió su química cerebral”.

 

El pintor que veía en blanco y negro

Un accidente de coche le hizo ciego a los colores.

Era incapaz de distinguir entre ketchup y mayonesa, escoger qué ponerse cada día era todo un suplicio, y no podía conducir, pues no sabía si el semáforo estaba en rojo. A medida que pasó el tiempo, empezó a echar de menos los colores de la naturaleza, los tonos vivos de la primavera. También, la falta de percepción de los matices, de los detalles, le llevó a no poder distinguir un rostro hasta que no estaba muy cerca, y a ver grietas y baches donde solo había cambios de color.

Y es que su vida no era exactamente como una película en blanco y negro. Para explicarlo, creó una habitación en tonos de gris, tal y como él veía. Pero lo peor de todo es que, aunque en teoría conocía los colores, cuando intentó pintarlos se dio cuenta de que ya no podía. Los había olvidado. Un día, de camino a su estudio vio la salida del sol y cayó en la cuenta de que solo él podía verla de ese modo. Así que comenzó una nueva fase artística plasmando lo que veía en Amanecer nuclear.

El hombre que ve los números en 3D

Gracias a un tipo de sinestesia poco común, esculpe las matemáticas

Cuando alguién pide a Jonathan que imagine números, siempre los ve en una ubicación espacial concreta delante de él. Todos, del 1 al 60, se le presentan dispuestos de forma secuencial en una línea de números que aparece minuciosamente retorcida, lo que le ayuda a hacer operaciones aritméticas”, así lo explica el profesor Vilayanur S. Ramachandran en su libro Lo que el cerebro nos dice (Ed. Ariel) cuando habla de este caso que se le presentó en la consulta.

Al común de los mortales, si alguien nos pide que visualicemos los números del 1 al 10, lo haremos representados secuencialmente en el espacio, de izquierda a derecha, tal y como los ponía nuestra profesora de matemáticas en la pizarra.

Los matemáticos, suelen decir que ven los números así, dispuestos en el espacio, de manera que es mucho más fácil para ellos descubrir relaciones que a los demás nos pasan desapercibidas.

Fuente: Quo