Amanece y a lo largo del día ¿sientes cansancio o te agotas facilmente? Puede ser síntoma de algún padecimiento, pero también reflejo de hábitos que te reducen la energía física y mental.
1. Desayuno sin carbohidratos
Como se sabe, los carbohidratos son imprescindibles para que el cuerpo produzca la energía necesaria para realizar todas sus funciones, desde las más elementales hasta las más complejas. Lo que más se recomienda a este respecto son granos enteros, frutas y vegetales (y no harinas refinadas ni azúcar).
2. Medicamentos
El consumo de medicamentos puede forzar la labor del hígado, haciendo que este libre toxinas que fatigan tanto a este órgano como, por efecto paralelo, al resto del cuerpo. Evita tomar medicamentos por enfermedades que puedes remediar con métodos alternativos y naturales o, mejor, adopta un modo de vida saludable, la mejor forma de prevenir el malestar del cuerpo.
3. Desorden
¿La mesa donde trabajas está llena de papeles y libros que se apilan sin fin? ¿Decenas de objetos esparcidos caóticamente en tu lugar de trabajo? Según una investigación del Instituto de Neurociencia de Princeton, el desorden puede hacer que nuestro cerebro se sienta sobrecargado y, por lo mismo, sea incapaz de concentrarse, con la consecuente fatiga que esto conlleva. La solución, por supuesto, es simple: da un poco de orden al lugar donde habitualmente realizas tus actividades cotidianas.
4. Bebidas energéticas o vitaminadas
Dada la alta concentración de sustancias como las vitaminas del complejo B, taurina, cafeína y otras similares, el cuerpo reacciona de manera opuesta al esperado: con cansancio y no con vitalidad. ¿Por qué? Esencialmente porque no estamos diseñados para asimilar la vitamina B de manera aislada, que es como se presentan en estos productos, por lo cual, cuando los bebemos, podemos sentirnos sí emocionados o eufóricos pero también extraños y en cierto momento cansados. Quizá lo mejor sea no consumir estas bebidas o revisar antes la etiqueta de sus ingredientes.
5. Uso de computadoras y gadgets
La PC, la laptop y otros gadgets se han vuelto dispositivos de uso diario, necesario incluso. A la par, sin embargo, se ha desarrollado algo que la Asociación Estadounidense de Optometría definió como Síndrome de Visión de Computadora, entre cuyos síntomas se cuentan la fatiga, la visión borrosa y dolores de cabeza. Es posible que por tu trabajo tengas que pasar mucho tiempo frente a uno de estos aparatos, si este es el caso, la misma asociación recomienda hacer pausas de 20 segundos cada 20 minutos, retirando la vista de la pantalla y fijándola en un punto a 5 0 6 metros de distancia. Asimismo, verificar que la pantalla se encuentre al nivel adecuado para tus ojos. La luz de las pantallas, además, altera nuestros periodos de sueño.
6. No comer suficientes frutas y verduras
Las verduras y los vegetales son parte esencial de la dieta diaria. Los micronutrientes que contienen (vitaminas y minerales) difícilmente se encuentran en otra fuente, así como los antioxidantes. Procura incluir en tu alimentación diaria suficientes porciones de espinacas, col, uvas, papaya y, en general, las que sean de tu preferencia (y también las que no), para obtener de ellas la energía suficiente para vivir tus días.
7. Exceso de ejercicio
El ejercicio es saludable y recomendable, e incluso es capaz de inyectarnos de energía, pero procura no excederte. Ejercitarte en demasía provoca que tus glándulas adrenales liberen cortisol en exceso, la hormona del estrés entre cuyos efectos se encuentra la fatiga. Por su puesto cada quien conoce su propio cuerpo, así que, en función de este conocimiento, procura no llevarlo al límite, recuerda que es el único que tienes.
8. Dormir menos de 6 horas
Que te mal pases en horas de sueño los fines de semana, no afecta tanto como si acostumbras de diario dormir menos de 6 horas, porque estudias por las noches o trabajas, esas horas de sueño no se recuperan, ni aún cuando duermes en el día pensando en reponer las horas que no dormiste en la madrugada.
Fuente: The Huffington Post