8 libros porno que superan a la imaginación más perversa

1  Las 11.000 vergas (1907)

De esta novela se ha dicho que es realmente salvaje “Más fuerte que el Marqués de Sade”.  Estuvo prohibido durante años, se vendió de forma clandestina hasta que su publicación se autorizó por primera vez en París, en 1970.

2  1601 (1880)

Considerada la primera novela pornográfica de la literatura estadounidense, su autor, Mark Twain, se sintió tan incómodo con el impacto provocado por su libro que tardó veinticinco años en reconocer su paternidad.

3  Cruel Zelanda (1978)

Narra la historia de la puritana esposa de un británico que es secuestrada por los maoríes. Tras pasar varios años sometida a los más depravados ritos de iniciación sexual, la mujer es rescatada y regresa a la sociedad, pero lo hace convertida en una ninfómana insaciable. El autor: Jacques Sergüine.

4  Cartas Eróticas  (1904-1909)

Recopilación de la correspondencia íntima que mantuvieron el autor de Ulises, James Joyce, y su esposa, Nora Barnacle.

5  Delta de Venus (1940)

Una recopilación de cuentos sexuales escritos por Anaïs Nin. Lo interesante es que es un libro por encargo, ya que se trata de un conjunto de relatos eróticos que pidió un millonario anónimo.

Pagó  100 dólares por página, y exigía menos poesía y muchísimo más sexo explícito.

6  La alfombrilla de los goces y los rezos (1660)

La novela erótica china más célebre de todos los tiempos, firmada por Li Yu,  se publicó en Occidente hasta la década de 1950.

7  Fanny Hill (1857)

Escrita por el novelista John Cleland mientras se encontraba en prisión por culpa de sus numerosas deudas, la novela fue prohibida a las dos semanas de su publicación y circuló de forma clandestina. Hasta que en 1963 se permitió su edición.

8 La venus de las pieles (1870)

De Leopold von Sacher-Masoch, autor austríaco a partir de cuyo apellido se ha acuñado el término masoquismo. Su novela es la crónica de la auténtica relación que el escritor mantuvo con Fanny Pistor, con la que firmó un contrato por el cual se comprometía a ser su esclavo y satisfacer todos sus deseos.

A cambio, ella se tenía que vestir con pieles cada vez que se sintiera dominada por sentimientos de crueldad.