Hay sistemas de transporte, en el mundo, que en sus paredes, túneles y escaleras tienen obras de arte que abarcan desde pinturas antiguas hasta diseños de iluminación futurista.
Para estas ciudades, un viaje en Metro no es sinónimo de caos y si suben el precio nadie se queja porque su prioridad es mantener las obras de arte en buen estado.
KOMSOMOLSKAYA, MOSCÚ
Este país tiene el Metro más famoso del mundo. Tanto halago lo obtuvo por los estilos de arte que utilizó para decorar sus estaciones. Nueve millones de usuarios, aproximadamente, recorren a diario las 182 estaciones de la red, que además es la forma más rápida y económica de moverse por la ciudad. Una de sus grandes obras maestras la encontramos en esta estación.
Es una mezcla barroca con murales que rinden homenaje a la política antigua de la URSS. A lo largo del túnel se instalaron lámparas de araña gigantes y 68 imponentes columnas de mármol. Los techos arqueados en color crema con incrustaciones de mosaicos están inspirados en el discurso de Stalin de 1941, proclamado durante el desfile de Moscú.
En los murales se plasmaron las imágenes de cinco grandes generales: Alexander Nevsky, Dmitry Donskoy, Kuzma Minin, Alexander Suvórov y Mijaíl Kutúzov. Boleto desde: 30 rublos (11.80 pesos mexicanos).
OLAIAS, LISBOA
En 1998, el arquitecto portugués Tomás Taveira echó a volar su imaginación entre hierro y mosaicos plastificados de colores. El resultado fue una estación subterránea de toques futuristas, donde los materiales tomaron formas geométricas de grandes dimensiones.
Cilindros que parecen tanques de gas sostienen tubos delgados y largos, a su vez, éstos levantan el techo. La imagen vista desde abajo es la representación de estar soltando palillos chinos de colores. Para cubrir los elevadores, utilizó cubos de plástico y los conectó a túneles decorados con murales de mosaico veneciano.
Las escaleras eléctricas desarrollan un papel importante en la fisonomía de cada estación. Su distribución exacta emula caídas de agua. La tubería del aire acondicionado está escondida entre mangueras de colores, uno podría imaginar un gusano enorme deslizándose por toda la estación. Hay que tener cuidado con las escaleras comunes, pues no tienen barandal, ese detalle se suprimió para darles un toque minimalista.
El metro de Lisboa tiene 56 estaciones. www.metrolisboa.pt. Boletos desde: 50 centavos de euro (8.50 pesos mexicanos).
T-CENTRALEN, ESTOCOLMO
Son 100 estaciones, distribuidas en 110 kilómetros, hechas de roca natural que dan un aspecto de cavernas con pinturas rupestres. T-Centralen es el punto de partida de las visitas guiadas que ofrece el Metro de forma gratuita. En el trayecto se contabilizan más de 140 artistas que intervinieron las paredes con pinturas en tonos azules, blancos y marrones, que abarcan desde los años 50 hasta el 2010.
La estación funciona como terminal de trenes, añadiendo tiendas y cafeterías para el servicio de los usuarios. Si decides parar en otra estación, busca esculturas de mármol y relieves florares que se desprenden de su techo. No pierdas detalle de sus lámparas hechas de cristal cortado con un baño de oro.
El boleto de viaje te da derecho a la compañía de un guía especializado. www.t-banan.se. Boletos desde: 15 coronas suecas (30 pesos mexicanos).
CHAMARTÍN, MADRID
En cuatro niveles se reparten 35 mil metros cuadrados de superficie que constituyen la estación más grande de la capital española. Un panel luminoso de 22 metros de alto por 40 de largo trata de reproducir con luz, la caída de agua de una cascada sobre un muro curvo. A este detalle futurista se le añade sus paredes de acero e iluminación led. Además, se añadió una explanada para conciertos de música y eventos de moda y diseño. www.metromadrid.es. Boleto desde: 1.50 euros (26.60 pesos mexicanos)
KHALID BIN AL WALEED, DUBAI
Su red de Metro automatizada es la más grande del mundo, con 69.7 kilómetros. Las estaciones parecen una película de ciencia ficción, teniendo como temática los cuatro elementos. Khalid es imponente, con un derroche de luces azules, lámparas de cristal que parecen medusas y caídas de agua.
Está segmentado por categorías: oro, plata, regular y una para mujeres y niños. dubaimetro.eu Boleto desde: 90 centavos de dólar (11 pesos mexicanos).
UNIVERSIDAD DE CHILE, SANTIAGO DE CHILE
La guía de viajes Lonely Planet la destaca en la posición 10 dentro de su conteo “estaciones que han convertido sus espacios en auténticos museos”, siendo la única del listado a nivel latinoamericano. Estar ahí, es como visitar una galería de arte con obras de los más variados estilos, desde el muralismo hasta el arte soviético. Sus paredes fueron pintadas por Mario Toral, muralista chileno que plasma todo el dolor del pasado local junto a los momentos más supremos. Su red tiene una extensión de 103 kilómetros. www.metrosantiago.cl. Boleto desde: 680 pesos chilenos (16.60 mexicanos).
CENTRAL PARK, TAIWÁN
Abierta desde 2008, los pasajeros tienen la suerte de admirar un inusual paisaje mientras suben y bajan por las escaleras mecánicas: nada menos que un jardín repleto de girasoles naturales.
Y de la misma red otra estación digna de mencionarse es Formosa Boulevard, la firma de vitrales Narcisus Quagliata decoró su interior con 4 mil cristales multicolores que integran elementos de la tradición china. El sistema de esta ciudad se conoce como KMRT (Tránsito Rápido de Masas de Kaohsiung, por sus siglas en inglés). www.krtco.com.tw. Boleto desde: 20 dólares taiwaneses (8 pesos mexicanos).
YONGGWANG, COREA DEL NORTE
La estación es considerada como la más profunda del mundo, escaleras eléctricas encuentran su fin a 110 metros de profundidad. Su construcción está muy apegada al Metro de Moscú ya que fue construida por el ejército popular de Corea y con asistencias técnicas de China y la Unión Soviética, en 1973. Desde entonces se ha convertido en un tesoro nacional, pues a lo largo de sus andenes conservan pinturas murales que reflejan la dictadura de Kim Jung-II y las condiciones precarias y de hambruna que sufrió la ciudad. Sus techos están decorados con lámparas de cristal cortado elaboradas en una sola pieza, es como una serpiente de luz en tonos rojos, verdes y amarillos. Los pilares labrados en piedra presumen franjas con incrustaciones de oro y otros ornamentos florales. El piso es de duela. Entre cada vagón hay una espera aproximada de cinco minutos. Opera de 5 a 23 horas. www.pyongyang-metro.com. Boletos desde 2 wones norcoreanos (60 centavos mexicanos).
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