Este lunes se anunció que el consumo de carne procesada y carne roja podría provocar cáncer, es carcinógena para los humanos.
La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), parte de la Organización Mundial de Salud (OMS), concluyó que es un factor de riesgo en un consumo considerable.
¿Cómo llegaron a esta conclusión?
Un grupo de trabajo de la IARC conformado por 22 expertos de 10 países, consideraron más de 800 estudios sobre el cáncer en los humanos. Algunos proporcionaban datos sobre sólo un tipo de las carnes o sobre ambas. Más de 700 estudios epidemiológicos dieron datos sobre la carne roja y más de 400 sobre la carne procesada.
Las persona que acostumbran en su dieta dos, tres o más días a la semana el consumo de carne se están preguntando: ¿cuánto es considerable, qué carne es más dañina, tenemos que dejar de consumir carne roja y procesada?
Según la OMS, la carne roja es toda la carne muscular de los mamíferos, incluyendo carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo, y cabra.
La carne procesada es la que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación.
Las salchichas, jamón, cecina, carne en lata, carne marinada y empacada al alto vacío y las preparaciones y salsas a base de carne, entran en esa categoría.
Los diferentes métodos de conservación podrían resultar en la formación de carcinógenos (por ejemplo, compuestos de N-nitroso), pero se desconoce si esto contribuye al riesgo de cáncer y en qué medida.
¿Qué tipo de carne es más peligrosa?
La carne procesada quedó en el Grupo 1 de la clasificación del IARC, junto con los cigarrillos y el plutonio. Esto no quiere decir que sea igual el riesgo de comer un filete a fumar una cajetilla de cigarros al día.
Las clasificaciones de la IARC describen la fuerza de la evidencia científica sobre un agente de ser una causa de cáncer, más que de evaluar el nivel de riesgo, subraya el organismo.
¿Hay evidencias concluyentes?
No las hay, hasta el momento lo que se tienen está basado en estudios epidemiológicos, de que la carne procesada provoca cáncer colorrectal. También se ha establecido una correlación con el cáncer de estómago, pero la evidencia no es concluyente.
¿Qué dicen las estadísticas?
De acuerdo con las estimaciones más recientes del Proyecto sobre la Carga Global de Enfermedad, una organización de investigación académica independiente citada por la IARC, cerca de 34 mil muertes por cáncer al año en todo el mundo son atribuibles a dietas ricas en carne procesada.
Mientras que un millón de muertes por cáncer al año en todo el mundo son atribuibles al consumo de tabaco, 600 mil por año al consumo de alcohol y más de 200 mil muertes anuales están vinculadas con la contaminación del aire.
¿Debemos dejar de consumir carne roja y procesada?
Según los datos de 10 estudios revisados, cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta en 18 por ciento el riesgo de cáncer colorrectal.
En el caso de la carne roja, la evidencia de que causa cáncer no es tan fuerte, por eso quedó en el grupo 2A.
La OMS no ha publicado un dato que indique cuánta es la cantidad de consumo que reduce el riesgo, se espera que cada gobierno publique información sobre el peligro de cáncer de la carne procesada al actualizar sus recomendaciones dietéticas.
Tampoco existe un conclusión basada en grupos de edad, no hay información disponible para conocer si afecta más a niños, jóvenes o adultos.
En suma no se trata de dejar de comer carne, incluso IARC que es la organización de investigación que evalúa la evidencia disponible sobre las causas del cáncer, no hace recomendaciones de salud como tal.
Además se sabe que el consumo de carne tiene beneficios para la salud.
¿Qué recomiendan a los meat lovers?
Mientras las pruebas no sean contundentes y no se defina el consumo ideal, lo que se sugiere es el equilibrio, de siete días a la semana consumir dos o tres. Optar por otro tipo de carne como el pollo y pescado.
Y con la ingesta de carne roja, acompañarla de alimentos ricos en fibra para ayudar al proceso de digestión.
En cuanto a la carne procesada reducirla a uno o dos días, evitar las más procesadas y con mayor contenido de conservadores.
Leer las etiquetas de los empaques es una buena costumbre para conocer y medir el consumo de sodio, sal, conservadores en general.