Los mandatarios de las mayores y más contaminantes potencias económicas, Barack Obama por Estados Unidos y Xi Jinping por China, urgieron a todos los países a sumarse a las medidas destinadas a limitar el calentamiento global a dos grados centígrados en 2100.
“He venido aquí personalmente para decir que Estados Unidos no solo reconoce su papel en la creación de este problema, sino que también asume su responsabilidad de hacer algo”, dijo Obama.
Obama y Xi sostuvieron un encuentro a puerta cerrada, previo a sus participaciones en la Conferencia. “Hemos determinado que es nuestra responsabilidad tomar medidas” y declaró que “nuestro liderazgo en este tema ha sido vital”, declaró Obama.
China, el mayor emisor mundial de dióxido de carbono (CO2), al igual que Estados Unidos quiere asegurarse de que se le concede el margen suficiente para aplicar las soluciones que considere más apropiadas a su situación.
“Hace falta que en París rechacemos las visiones estrechas y llamemos a todos los países, en particular a los que están en desarrollo, a asumir su responsabilidad para lograr una solución que nos beneficie a todos”, dijo Xi.
Los otros
“Estados Unidos, China y Rusia deben afrontar una responsabilidad histórica” porque “disponen de los mejores medios para proceder a las reducciones de emisiones2, expresó Narendra Modix, primer ministro de India, el cuarto país más contaminante. El tercer lugar lo ocupa Rusia.
Ese concepto de “justicia climática” fue invocado por Hollande, antes de sentar las bases para la negociación: “El acuerdo que reemplazará al Protocolo de Kioto deberá ser universal, diferenciado y vinculante, incluir mecanismos de revisión al alza de los compromisos nacionales cada cinco años y contar con la solidaridad de todos los Estados que lo rubriquen”.
Alemania, Chile, Estados Unidos, Francia, México, Perú, Estados Unidos o Uruguay, entre otros reclamaron ayer que se reduzcan los 500 mil millones de dólares que los gobiernos destinan anualmente como subsidios a los combustibles fósiles.
Retirar esos apoyos “reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero en un 10 % para 2050” y “liberaría recursos para invertir en capitales como la educación, la sanidad o las infraestructuras”, según la declaración de esta alianza, que también suscribieron Canadá, Italia, Malasia, Marruecos, Holanda, Filipinas, el Reino Unido o Samoa.
Aún es temprano en la COP21, la esperanza es que se logre un pacto que evite al planeta un calentamiento de efectos impredecibles.
“Los países tienen que demostrar, con acciones y políticas concretas, que van en serio en la lucha contra el cambio climático. Reformar el dañino apoyo a los combustibles fósiles es un buen punto de partida”, indicó la Secretaría General de la OCDE en un comunicado.