Hoy es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, y la mejor manera de celebrarlo es reflexionando sobre cómo viven en México las personas discapacitadas. Hay que recordar que apenas la semana pasada la organización Disability Rights International (DRI) realizó un reporte sobre México en el que salimos muy mal parados.
Entre los datos más vergonzosos están la desaparición de niños en orfanatos e instituciones, y personas detenidas ahí de las cuales no se tiene registro de nombre, edad, ni nada. Ni hablar de las condiciones de limpieza e higiene en las que se encuentran los psiquiátricos y hospitales.
El New York Times publicó que ni siquiera se le da atención médica adecuada a los internos, se practican lobotomías sin consentimiento, y un gran número de ellos no saben ni siquiera por qué están ahí; en nuestro país hay un número importante de personas que no sufren de ninguna discapacidad y por ignorancia y pobreza están internadas en hospitales psiquiátricos.
Pero no hay que ir tan lejos. Una persona que esté en silla de ruedas podrá decirles lo difícil que es moverse por la ciudad, las poquísimas facilidades que existen en edificios, calles y transporte público. Ni qué decir de una persona ciega o sordomuda.
¿Por qué suceden estas cosas? Porque los derechos de los discapacitados no han entrado a la agenda nacional. Mientras no sea un tema de interés público, que genere interés en la clase política, no habrá legislación al respecto, ni se hará efectiva la que ya existe. Este es un buen momento para hacer de este un tema importante, relevante para todos los mexicanos, y no solamente una vez al año cuando es el Teletón.