Después de que su barco se hundiera en el Pacífico, tres marineros quedaron atrapados en una isla desierta. Utilizaron el material que la isla les ofrecía, hojas de árbol, y escribieron un mensaje de ayuda con la esperanza de que alguien lo leyera.
Para su fortuna, la idea rindió frutos ya que, durante un sobrevuelo por la zona, la guardia costera de Estados Unidos vio el mensaje y fue a su auxilio.
Después de haber sido afectados por la mala suerte y quedar varados durante tres días, finalmente la tripulación tuvo un golpe de suerte y fue rescatada y regresada a tierra firme sin afectaciones a su salud.