Algunos pueblos de Alaska que están al lado de la carretera, tienen un único propósito: proveer comida, agua y gasolina a los que pasan por ahí.
La comunidad de Mosquito Junction alguna vez fue así, pero eso fue antes de que los residentes decidieran cambiar el nombre de su frío condado al de Polo Norte. Ahora los postes de luz están decorados en tiras blancas y rojas, y Santa Claus está todo el año en la tienda de regalos que lleva su nombre.
Gracias a eso, todas las cartas que en Diciembre se envían a la dirección “Santa Claus: Polo Norte” llegan precisamente aquí. Y todos los años, hordas de voluntarios del pueblo se dedican a contestarlas una por una, sin importar de qué parte del mundo vengan. Un profesor universitario incluso lo hizo parte de su clase.
La mayoría de ellas son de niños de 5, 6, o 7 años, y en estos tiempos de crisis económica, muchos de ellos están pidiéndole a Santa que ayuden a sus papás a encontrar trabajo. En cada una de las cartas, se pone el nombre del niño y la firma de un duende. Mientras haya una dirección del remitente, las cartas serán respondidas.
Y para los aspirantes a interpretar a Santa Claus en las fiestas navideñas, hacerlo aquí es el mayor honor que pueden tener. “Ni siquiera consideramos a alguien que tenga una barba artificial. Debe tener mejillas rosadas y una gran panza. Si tienen el “ho ho ho” perfecto, serán bienvenidos… debe ser profundo y venir del estómago”, dice el gerente de la Casa de Santa Claus.
Con información de LA Times