Si hoy fueran las elecciones presidenciales, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) regresaría a la residencia oficial de los Pinos. Así lo señalan las encuestas, así lo indican los analistas políticos, así lo manifiesta los especialistas en materia electoral.
Lo cierto es que el PAN, el partido en el poder, y los institutos políticos que se autonombran de izquierda han expresado su temor por el retorno del tricolor y ese miedo lo han expresado a partir de algunas tesis equivocadas.
He aquí los 5 mitos que los adversarios del PRI repiten hasta el cansancio frente al inminente regreso del tricolor a la Presidencia de la República.
- El PRI en Los Pinos representaría retroceso democrático. Falso, en los sistemas democráticos la alternancia, es decir, la transferencia del poder público entre uno y otro partido político es típicamente democrático. Además, durante dos sexenios que el tricolor se ha mantenido fuera de la Presidencia encontró sus áreas de oportunidad y ha renovado sus cuadros y su forma de gobernar; el electorado se lo ha reconocido. Para muestra, los resultados del pasado 3 de julio.
- Como lo señaló infundadamente el actual presidente de México, Felipe Calderón, el regreso del PRI a la Presidencia significaría la reinstalación del autoritarismo. Lo cierto es que el país desde hace algunas décadas ha caminado por la ruta de la transición democrática y ésta ha dejado instituciones fortalecidas que no permitirían la implantación de un sistema autoritario: por ejemplo, las Cámaras del Legislativo con mayor pluralidad; un Poder Judicial de la Federación con autonomía, garantizada por el Consejo de la Judicatura Federal; organismos autónomos robustecidos como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) o el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI).
- Con el PRI, la lucha contra el crimen no tendrá continuidad, peor aún, el tricolor como gobierno llegará a un acuerdo con los cárteles a fin de llegar a una pax narca. Mentira, pues la vecindad con la nación más poderosa del mundo Estados Unidos, flagelada también por la delincuencia organizada, no permitiría cambiar de estrategia en el combate contra la inseguridad.
- El PRI es un partido viejo, integrado por políticos de estilo rancio y añejo. Incorrecto, las estructuras del tricolor se han renovado, desde sus comités seccionales más recónditos hasta las carteras de su Comité Ejecutivo Nacional. Así lo ha reconocido el secretario de Estado de la Unión Americana: “el PRI es un partido renovado y con gente nueva”.
- La corrupción será la característica de un Gobierno Federal priísta. Nada más inexacto, pues además de que el Poder Legislativo ha constituído una Auditoría Superior de la Federación, que guarda independencia del Ejecutivo, también se encuentra la Secretaría de la Función Pública y el Servicio Profesional de Carrera, componentes que se incorporaron a la administración pública federal durante este siglo. Amén de la capacidad de fiscalización de la sociedad civil organizada, como es el caso de Transparencia Mexicana, el capítulo de Transparencia Internacional que vigila y combate la corrupción gubernamental.