Después de estar una semana en prisión, un juez británico concedió la libertad bajo fianza a Julian Assange, fundador de Wikileaks. Esta decisión podría ser apelada por Suecia, donde está acusado por delitos sexuales.
El magistrado Howard Riddle estableció una fianza de 240 mil libras – casi 400 mil dólares – y además Assange tendrá que portar un dispositivo localizador y cumplir con un toque de queda. Assange permanecerá en el condado de Suffolk, al este de Inglaterra.
Afuera de la corte lo esperaba una veintena de personas, que mostraron su alegría al ver que sería liberado. Pero en Estados Unidos la historia es distinta: 2 de cada 3 norteamericanos quieren que sea presentado ante la justicia, porque consideran que la publicación de los cables diplomáticos “daña el interés común”.