La trascendencia del nuevo modelo educativo presentado esta miércoles por el Gobierno Federal va más allá de las reformas de Peña Nieto, va más allá de los críticos y heaters.
“Aprendimos” con un modelo que usaron nuestros abuelos y padres, repetimos como “periquillos” las tablas del multiplicar y las capitales de los estados de México. Un modelo vigente desde 1943. ¿Cuándo nacieron tus padres?
Lo que ofrece
Un método diferente, que los niños ya no repitan como “loritos”, que aprendan con otras técnicas lo trascendental.
Más autonomía para las escuelas. Pone a la escuela en el centro de la transformación educativa. Mejoras en planteles, infraestructura digna y plantillas de maestros completas.
Equidad e inclusión. Esto significa que los alumnos con alguna discapacidad podrán estudiar en la escuela que prefieran sus padres y no la que les hagan el favor de admitirlos.
También plantea que la cultura y la lengua de las comunidades indígenas sean parte de la formación de sus integrantes.
Fortalecer la formación y el desarrollo profesional docente. Lo que implica una capacitación constante y exámenes periódicos a los maestros y maestras, que son la base de todo el sistema de educación.
Enseñanza de un segundo idioma, no una clase de inglés, sino un sistema bilingüe desde pre-escolar.
Los retos
Que sea asimilado (por que ya lo aceptaron) por el SNTE (Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, que dicho se de paso está formado por poco más de un millón y medio maestros.
Que el otro sindicato, la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) lo acepte, con sus 120 mil miembros.
Para cerrar…
El nuevo modelo educativo empezará en el ciclo escolar 2017/2018.
De lograrse implementar en todas las escuelas públicas, lo dijo el Presidente Peña Nieto: los niños “aprenderán a reflexionar, aprenderán a discernir y aprenderán a resolver los retos de su entorno”.