1. Actúa como un seguro cardiovascular Para proteger el corazón con una siesta de 30 minutos se ayuda a disminuir la presión arterial. El efecto cardioprotector es tan evidente que, en opinión de los especialistas, las personas con esta costumbre tienen casi un 40 % menos de probabilidades de sufrir un infarto. 2. Equivale al sueño de una noche Este tipo de descanso reduce las ganas de comer, favorece la creatividad, mejora la percepción y potencia la memoria, el aprendizaje e incluso la vida sexual. 3. Nos hace más productivos Esto Ocurre si se hace después de la comida. Y es muy efectiva para las personas que trabajan de noche, en el horario nocturno. Un descanso de solo quince minutos a mitad de la jornada laboral permite seguir después a pleno rendimiento. 4. Despeja la mente Diez minutos de sueño después de la comida equivale a una pausa rápida del cerebro, que al despertar está más ágil. Según los expertos es mejor una siesta corta de 10 a 15 minutos que una larga, de hecho una siesta de más de 30 minutos causa pesadez y lejos de hacernos sentir bien, nos hace sentir aletargados y tardamos más tiempo en reconectarnos con las actividades cotidianas. 5. Mejora el estado de ánimo Este efecto es más directo en niños y adolescentes pero aplica en adultos, está comprobado que despues de tomar una siesta la persona se siente de buen humor y con ganas de hacer otra actividades. ]]>