Wendy Davison murió en su casa de Derby (Reino Unido) el pasado mes de abril después de luchar contra un cáncer cervical por más de una década.
Una vez asimilado lo ocurrido, su esposo, Russell decidió mantener el cuerpo de su mujer en casa para evitar que acabara en la morgue y durmió junto al cadáver para poner cuestionar la actitud de la sociedad ante la muerte. “Parece ser un tema tabú. Nadie quiere hablar de ello”, explica.
A pesar de la controversia por la noticia, en el Reino Unido es legal mantener un cuerpo en casa. La única condición es que el fallecimiento debe ser comunicado a las autoridades.
“Wendy ha muerto en paz, totalmente sedada, sin sufrir dolor, sujeta por mis brazos y los de nuestro hijo Dylan y con nuestro fiel perro Elvis acurrucado junto a ella”, declaró Davison.
Con información de BBC