Desde su inicio en 2003, este programa ha contribuido a reducir 30 por ciento el índice de accidentes fatales asociados con el consumo de alcohol, principalmente entre jóvenes.
Se fundamenta en el Reglamento de Tránsito Metropolitano y está basado en estrategias de presencia gráfica, sensibilización, vigilancia y control policial.
La SSPDF recordó que la prueba de alcoholemia sirve para medir los miligramos de alcohol por litro en aire expirado. Los conductores de vehículos particulares no deben exceder 0.40 miligramos, mientras que para los choferes de vehículos de transporte público y de pasajeros no hay tolerancia.
Cuando la prueba es positiva, el infractor es remitido con el médico legista y presentado ante el juez cívico, quien determina su sanción y traslado al Centro de Sanciones Administrativas, conocido como “El Torito”, donde deberá permanecer de 20 a 36 horas de arresto administrativo inconmutable, así como asistir a una plática de Alcohólicos Anónimos.
Fuente: El Financiero