El ISSSTE realizó un gran avance médico en el hospital 20 de Noviembre, al dar una nueva mandíbula a un joven originario de Ciudad Juárez, Chihuahua, quien por un defecto genético nació con esa parte fusionada al cráneo, lo que le causó deformidades faciales.
Durante poco más de 21 años, Adrián Castro creció y sobrevivió respirando por la boca, hablando entre susurros, comiendo en pequeñas porciones y durmiendo entre ronquidos que le impedían descansar.
Tras varias operaciones los médicos lograron que su mandíbula funcionara —aunque de manera limitada— para acciones básicas como hablar, respirar y comer.
Pero la última operación, la más importante, sucedió hace 23 días en el hospital 20 de Noviembre. Fue planeada desde hace más de un año y nació de un congreso internacional, al que acudieron dos jóvenes y obstinados cirujanos maxilofaciales que conocían perfectamente el caso de Adrián: los especialistas Jorge Chaurand y Laura Pacheco.
“Todo inició cuando se creó un programa para manipular las estructuras, los huesos de la cara. Tras una tomografía se estudian éstos para manipularlos y corregir lo que uno desee. En este caso se nos ocurrió hacer un implante que sustituyera la mandíbula”, explicó Chaurand. Pensaron entonces en una prótesis hecha a su medida en 3D.
Pasaron 12 horas de cirugía, un equipo multidisciplinario, tres grandes incisiones en cuello y orejas, una prótesis de titanio con polietileno y más de 30 clavos, dieron a este joven una nueva vida después de años de bullying y discriminación.
Los médicos Pacheco y Chaurand trabajan ya en el caso de Heriberto, un paciente con deformidad facial provocada por un tumor, cuya prótesis ya se está trabajando. Y quien pronto podría estrenar una nueva cara.