Las imágenes del terremoto que azotaron a Nepal aún siguen como una pesadilla a Ishwor Ghimire. Ya pasó el pánico en los niños, los gritos se apagaron, pero ahora hay un futuro incierto en los 55 niños y jovencitos que ayudó a sacar de un orfanato de Kamandú.
Hay hambre, frío, enfermedades en los pequeños que se quedaron sin nada tras el terremoto que dañó el Deprived Women and Children Upliftment Center en que se encontraban.
Ishwor y el operador orfanato, Madre Rajan improvisaron una tienda de campaña con un hule de plástico, algo provisional, pensaban, pero se les ha hecho eterna la espera porque la ayuda no llega.
A través de Facebook el joven nepalí de 19 años ha solicitado ayuda para los 55 huérfanos. Al momento del terremoto que dejó más de 7 mil muertos, Ghimire se encontraba de visita en el sitio del que salió y ahora planea asistir a la universidad.
Fuente: Excélsior