Con las orejas hacia abajo, llorando y dando lengüetazos al cuerpo del que fuera su dueño, quien fue asesinado de un disparo en la cabeza en plena calle, un pitbull se negaba a abandonarlo y dejar que alguien se acercara.
La madrugada del domingo, dos agentes de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina llegaron a la colonia Ejército de Oriente en Iztapalapa. Una persona llamó al número de emergencias para reportar que había un hombre lesionado en la calle Fuerte de Loreto.
Los uniformados encontraron el cuerpo tendido sobre una banqueta junto a un poste de madera. La víctima, José Enrique García, un estilista de 44 años, recibió un disparo en la cabeza; agentes buscaron ayuda para poder retirar al perro y auxiliarlo, pero fue tarde.
En la mano derecha del hombre estaba la correa que sujetaba a Pancho, el pitbull color canela con negro que, según los vecinos, solía sacar por las noches a correr.
El animal daba vueltas alrededor del poste y se colocaba sobre su dueño, que no se movía. Lloraba, le daba algunos lengüetazos y en ocasiones ladraba para evitar que la gente se le acercara.
Los agentes Ramón Ortiz y Adelfo Hernández intentaron hacerlo, pero el animal no los dejó. Le gritaron al hombre, pero éste no les respondió. Fue entonces que notaron que tenía manchas de sangre en la cabeza. Al ver que no se movía, los agentes pidieron ayuda de una ambulancia.
Mientras la esperaban, ya se habían reunido ocho personas. Pero el animal no dejaba que ninguna se acercara.
Fuente: López Dóriga