Esta es la historia de Reg Spiegers, que a mediados de los sesenta tuvo que encontrar la manera de regresar a Australia, para estar con su familia.
Este australiano tenía el tiempo encima, pues el cumpleaños de su hija estaba en puerta. En aquellos años era más difícil tanto comunicare, como viajar y hasta enviar el correo entre países, no obstante Reg optó por esta última, sólo que lo hizo de una forma interesante: el paquete fue él mismo, y se lo enviaba a sí mismo, hasta Australia.
En el camino de preparación a los Juegos Olímpicos de 1964 en Japón, Reg se recuperaba de una lesión en Londres, sin embargo al quedarse sin dinero, y con la cartera recientemente robada, tuvo que encontrar la manera, no importa lo loco y diferente que fuera, de llegar con su familia casi al otro lado del mundo.
Lo sorprendente fue que llegara y que deificare contarle su historia al mundo más de 50 años después y narrarla de viva voz. La caja, cuenta a los medios, era de menos de 2 metros cuadrados en un vuelo de casi un día entero.
Para evitar cualquier sospecha de que en el interior viajaba una persona, el arca fue etiquetada como carga de pintura dirigida a una compañía de calzado ficticia de Australia.
Spiegers logró llegar a Australia días después, tras varias escalas, una caótica en India, pero consiguió ser hasta héroe nacional en su país.
Fuente: BBC