Ben Jackson, un británico padre de familia, se sometió a una rigurosa prueba que le ayudaría a cambiar su físico, logrando perder 8 kilos en 3 meses.
Durante su juventud, Jackson era muy activo y mantenía una dieta balanceada para conservar un cuerpo atractivo y sano, sin embargo, por situaciones como las ocupaciones laborales, horarios complejos y actividades diversas dejó de lado este estilo de vida.
Cansado de una descuidada figura y salud, Ben decidió someterse a un plan que prometía devolverle su jovial apariencia y claro, una mejor calidad de vida. “Mi objetivo era bajar de peso, pero también quería volver a un buen nivel fitness”, comentó el hombre de 46 años al ser cuestionado sobre los asombrosos resultados obtenidos.
¿Cómo lo hizo? Primero, Jackson siguió un estricto plan de nutrición y se mantuvo lejos del alcohol. Se deshizo de las barritas de chocolate y bebidas energéticas para hacer seis comidas más pequeñas y sanas al día, que consistían en huevos cocidos o escalfados, pechuga de pollo a la parrilla al horno, salmón y pescado blanco a la plancha, siempre acompañado con verduras. Y entre cada una de estas comidas, ingería una fruta o consumía batidos de proteína. Así, pasó de los 86.5 kg que dio en la balanza al comenzar la prueba, a los 79 kg finales.
Se sometió a exigentes rutinas físicas, acudia 5 veces por semana al gimnasio, trabajando íntegramente la musculatura en cada sesión. Durante el proceso fueron midiendo su tasa metabólica basal y el gasto energético diario. Además, calcularon sus requerimientos de proteína, carbohidratos y grasa. En el esfuerzo y la aspiración yace el secreto del radical cambio. Para inculcar el hábito de seguir métodos sanos, Jackson dejó su mensaje alentador: “Espero que mis resultados inspiren a otros hombres y que todavía puedan reinventarse física y mentalmente, independientemente de su edad. Al final vale la pena. Las ventajas son evidentes”.