Jan Karbaat, ex director de una clínica de inseminación asistida hoy fallecido, es investigado por las autoridades holandesas. En palabras de Karbaat, inseminó con su propio semen a más de una docena de mujeres por “el bien de la humanidad”.
Un hospital de Rotterdam anunció hoy que investigará el escándalo de un médico holandés, Jan Karbaat, quien fue director de una clínica de inseminación asistida y utilizó su propio esperma para donar e inseminar a decenas de mujeres, según él, por “el bien de la humanidad”.
El hospital de Maasstad, en Rotterdam, admitió que estudiará lo que ocurrió, así como a las partes implicadas en este escándalo de inseminación que arrastra el antiguo Hospital Sur, dirigido por Karbaat desde los años sesenta.
Esta semana se confirmó que al menos 18 personas son biológicamente hijas de Karbaat, después de realizar pruebas de comparación con el ADN del hijo legítimo del médico. Uno de ellos es Yuri Weseman, nacido en 1976, quien se muestra algo más indulgente que el resto de sus hermanastros en cuanto al comportamiento de su padre biológico.
Unas 10 mil personas, que tienen hoy hasta 40 años, nacieron de las inseminaciones realizadas a unas 6 mil mujeres en la clínica de Karbaat durante las cuatro décadas en las que ejerció este médico.
Decenas de afectadas sospechan, tanto por similitudes físicas de sus hijos con el doctor como por varias coincidencias, que Karbaat las inseminó con su esperma sin advertirlas de ello y superando el límite legal de 25 donaciones por persona.
Se trata de un pequeño grupo de madres frustradas que no están satisfechas con el resultado. He decidido estar por encima de eso y reírme de cada queja”, dijo el médico en una entrevista a principios de este año.
Él siempre negó haber hecho “algo malo” durante sus actuaciones y aseguró que donó su esperma porque se consideraba “sano y listo”, y debía dejar su legado “a la humanidad”.
El próximo 2 de junio, el tribunal tomará una decisión sobre la posible exhumación del cuerpo y la realización de las pruebas correspondientes en una causa judicial que reúne a 25 afectados.
La prensa holandesa habla de más de 100 mujeres inseminadas solo por este hombre, aunque la cifra podría ser mayor porque, según el Hospital Sur, solo entre 1973 y 1978, en esa clínica fueron inseminadas 659 mujeres con esperma de un donante del cual nacieron 338 niños.
En 1973, adquirió la clínica de donación Bijdorp, donde donó su propio esperma, y contrató a 15 médicos independientes para gestionar los casos de los 165 donantes que recibía cada año este centro.
Su clínica era una de las más grandes del país y no solo suministraba esperma a sus propias clientes, sino que lo repartía por los diferentes centros de inseminación que tenía el país.
Según la investigación, hasta 1986 no empezó a congelar el esperma de los donantes y anteriormente suministraba “esperma fresco”, según aseguraron las mujeres que fueron inseminadas por él.
Entre otras irregularidades, también llegó a mezclar el esperma de diferentes donantes porque “eso aumentaba la posibilidad de fertilización, ya que el esperma se movía más rápido cuando tenía más competencia”, agregó el médico.
La clínica cerró en 2009 por orden de la Inspección del Ministerio holandés de Sanidad debido a los sucesivos escándalos que relacionaban a su director con graves fallos legales y éticos.
Con información de El Excelsior