Judíos de todo el mundo, religiosos y seculares, y entre ellos los cerca de 6 millones que viven en Israel, conmemoran a partir de hoy el Rosh Hashaná o Año Nuevo que, según el calendario hebreo, es el 5,772 desde la creación del mundo.
La festividad, que se prolongará durante 2 días; inicia al atardecer de hoy y concluirá al anochecer del próximo viernes.
El Año Nuevo judío se caracteriza por comer alimentos dulces, símbolo de buenos deseos para el año entrante, así como el sonido del shofar, uno de los instrumentos musicales más antiguos de la humanidad, hecho con un cuerno retorcido, generalmente de un carnero, que se toca tras los rezos matutinos.
La conmemoración del Año Nuevo judío supone el inicio de una serie de días, los Yamim Noraim, o 10 “jornadas terribles”, que son las que transcurren entre el Año Nuevo y el Yom Kipur, el más solemne del calendario hebreo, de máxima expiación y en el que Dios, dice la tradición, decide quiénes serán inscritos en el “Libro de la Vida”.
“El Rosh Hashaná es una mezcla (de alegría y solemnidad). No es sólo un día en el que untemos manzana en miel para que tengamos un año dulce. No es sólo una fiesta”, explicó Moshé, un estudiante estadounidense que se encuentra en Israel en un año de estudios en un seminario rabínico.
Fuente: Agencia EFE