Michael tiene apenas cinco años, nació en el Distrito Federal y no entiende qué significa la enfermedad de Munchmeyer, también llamada esqueletogénesis ectópica o fibrodisplasia osificante progresiva (FOP). Lo que sí comprende es que su cuerpo le duele y la inmoviliza.
De acuerdo con la International Fibrodysplasia Ossificans Progressiva Association se tienen registrados poco más de tres mil pacientes en el mundo –entre ellos la niña mexicana Michael– con una enfermedad que progresivamente solidifica músculos, ligamentos y tendones.
Michael llegó al Hospital 1º de Octubre, del ISSSTE,acompañada de su mamá a consulta, ésta última señaló que su pequeña tenía un problema en la rodilla. A la menor de edad le hicieron diversos estudios. Y una biopsia (extracción de tejido para analizarlo) arrojó que tenía gran cantidad de hueso en la zona.
“Nos dimos cuenta que después de hacer las biopsias, el cuerpo de la pequeña envió células productoras de hueso a la rodilla, para ‘reparar’ la zona y después de una serie de radiografías, se precisó que era FOP”, puntualizó Alicia Domínguez Hernández, residente de pediatría del Hospital..
“La niña se queja de dolor y le da vergüenza enseñar su rodilla. A pesar de su condición ella está sana, pero cuando se cae o sufre un golpe su cuerpo hiper-reacciona y envía calcio a las articulaciones donde se deposita en tejidos que no debería”, advirtió.
No existe cura para la FOP. Por ello, a Michael le dan medicamentos para reducir la inflamación, dolor y molestias. Al tiempo que le recomiendan evitar cualquier actividad que la ponga en riesgo de lesionarse.
Fuente: Excélsior