Por Armando Guajardo– Transformers, una de las franquicias más prolíficas de los años ochenta, se convirtió en un tremendo éxito taquillero con su llegada al cine en el 2007. Desde entonces ha superado las malas críticas de las secuelas, debido a que las ganancias han llegado al billón de dólares por película. Y así es como llegamos a la quinta entrega, con Transformers: El Último Caballero, que se estrena este fin de semana en México.
La cinta narra la historia de los peculiares robots, que se encuentran en plena guerra y, en esta ocasión, la tierra se ve amenazada por un nuevo peligro que involucra al planeta de los Transformers. Aunque la calidad en cuestión historia había disminuido con las secuelas, al menos eran sumamente entretenidas y con grandes secuencias de acción, así que al menos la segunda y tercera parte pasaban la prueba. Pero la cuarta parte llegó a un punto donde resultaba muy tediosa y el final, insoportable. Y así llegamos a la quinta parte, que en pocas palabras, es peor aún.
De entrada, la cinta comienza en pleno conflicto de los sucesos de la entrega anterior, pero como dicha película pocos la recordamos, hay muy poco interés del público en lo que sucede en pantalla. Mark Wahlberg regresa en el protagónico, que como sabemos, él tomó el rol principal que pertenecía a Shia LaBeouf en las primeras 3 películas. Wahlberg tiene carisma y hace lo que puede, pero de nada sirve si la trama no tiene sentido. También participa Anthony Hopkins, quien hace lo suyo, pero no es suficiente para salvar la película.
Michael Bay vuelve por quinta ocasión y creo que ese es el problema, ya que se siente muy ciclado. Desde la cuarta parte, que prometía ser una especie de reboot, debieron contratar otro director porque las cosas fueron de mal en peor. Y como prueba tenemos a esta película. Sólo para fans de hueso colorado.
