La resiliencia es la capacidad que tiene una persona frente a la adversidad. Los especialistas explican que los niños son resilientes por naturaleza, sin embargo aseguran que los adultos podemos desarrollarla.
Porque no es una cualidad innata, es decir porque no está impresa en nuestros genes, la resiliencia es algo que todos podemos desarrollar a lo largo de la vida.
Todas las personas podemos ser resilientes, siempre y cuando cambiemos algunos de nuestros hábitos y creencias.
Según Adam Grant, profesor de Administración y Psicología de la Facultad Wharton de la Universidad de Pensilvania.
“Los adultos contamos como una mejor capacidad para regular las emociones, lo que puede darles a las personas mayores una ventaja sobre las más jóvenes en cuanto al desarrollo de la resiliencia”, explica Grant.
Existen un conjunto de comportamientos que se pueden aprender de manera natural y que contribuyen a la resiliencia:
Practicar el optimismo
Ser optimista no significa ignorar la realidad de una situación difícil. Aún cuando suene trivial, tener pensamientos positivos y rodearse de gente positiva en verdad ayuda.
Reescribir la historia personal
Se ha demostrado que podemos beneficiarnos de cambiar el discurso personal que moldea nuestra forma de ver el mundo y a nosotros mismos.
Una investigación realizada en Harvard encontró que las personas que consideraban el estrés como un combustible para un mejor desempeño obtenían mejores resultados en sus exámenes y manejaban mejor el estrés que aquellos a quienes se les había enseñado a ignorarlo.
No tomarse las cosas personales
Generalmente tenemos la tendencia de culparnos por las adversidades de la vida, incluso podemos sentir que una situación difícil no tiene fin.
En este caso para fortalecer tu resiliencia, es necesario cambiar el enfoque hacia los próximos pasos a seguir. Por ejemplo ayuda entender que una situación no es personal, que no lo abarca y sobretodo que no permanente.
Aquí podemos aplicar el dicho: “todo pasa, lo bueno pasa y también lo malo pasa”.
En momentos de crisis debemos recordar las recuperaciones alcanzadas en situaciones difíciles del pasado y evaluar las cosas buenas que nos rodean
Crear redes de apoyo
Los estudios muestran que las personas son más resilientes cuando cuentan con redes de apoyo de amigos y familiares que les puedan ayudar a enfrentar las crisis.
Salir de la zona de confort
La resiliencia no solo proviene de las experiencias negativas. Podemos cultivar la resiliencia en situaciones desafiantes.
En este sentido la sugerencia es ponerse retos, competir, accionar los sistemas que regulan la hormona del estrés, adquirir las habilidades que nos permitan manejar el estrés en momentos de crisis, y de esa forma pasar pronto ese tiempo, con una resiliencia adquirida.
Cualidades de las personas resilientes
- Son conscientes de sus potencialidades y limitaciones.
- Son creativas y Confían en sus capacidades.
- Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender.
- Practican la conciencia plena. Aún sin ser conscientes de esta práctica milenaria, las personas resilientes tienen el hábito de estar plenamente presentes, de vivir en el aquí y ahora y de tienen una gran capacidad de aceptación.
- Ven la vida con objetividad, pero siempre a través de un prisma optimista.
- Se rodean de personas que tienen una actitud positiva.
- No intentan controlar las situaciones y Son flexibles ante los cambios.
- Una de las características esenciales de las personas resilientes es su sentido del humor, son capaces de reírse de la adversidad y sacar una broma de sus desdichas.
- Buscan la ayuda de los demás y el apoyo social.