Durante la inauguración de la Plaza Mariana y que es el primer acto público que encabezan el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, y el presidente Felipe Calderón, ambos funcionarios volvieron a darse la mano en dos ocasiones, tras pronunciar sus respectivos discursos.
La ceremonia marcó el cambio en el trato público. Ya no se evita la foto, el saludo ni la referencia al cargo del primer mandatario, pues al inicio de su discurso Ebrard lo llamó Presidente.
A cambio, el perredista recibió un trato respetuoso del Ejecutivo federal, quien habló de unidad y de la paz y la concordia que hace falta entre los mexicanos, y se dijo conmovido de ver cómo es precisamente en la Basílica donde “se eliminan las fronteras y las diferencias que a veces marcan tanto a los mexicanos”.
Desde el inicio de su administración, Ebrard dijo que no se tomaría la foto con el Presidente. Por ello, aunque se han encontrado en varias ocasiones, una de ellas durante la contingencia por la influenza, nunca se habían saludado en público hasta hace un par de meses.
A finales de junio pasado, Calderón y Ebrard se saludaron de mano durante el Consejo Nacional de Seguridad Pública.
Posteriormente, volvieron a hacerlo en la ceremonia del quinto Informe de Gobierno del Ejecutivo federal, que se realizó en el Museo Nacional de Antropología e Historia. Ayer en dos ocasiones se dieron la mano.
Respecto a la inauguración de la Plaza Mariana, que debió entregarse en 2002, a la cual también asistieron el cardenal Norberto Rivera Carrera y el empresario Carlos Slim, entre otros personajes, el jefe de Gobierno capitalino expresó su agrado por la presencia del arzobispo e incluso aceptó que la Ciudad de México está llena de obras, pero que encontró el remedio para concluirlas: invitar al religioso a supervisar cada una de ellas para apurar su construcción.
Fuente: Milenio