La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) lanzó un comunicado de prensa en el que “condena enérgicamente” los asesinatos de civiles en México. La reacción de este organismo fue a raíz de la emboscada a tres autobuses de una maquiladora en Chihuahua, en la que murieron tres personas y otra más fue presuntamente secuestrada.
En el comunicado se le recuerda al gobierno mexicano que aún están impunes los asesinatos de 14 jóvenes en Ciudad Juárez, y de los jóvenes acribillados en un auto lavado en Nayarit. La ONU-DH “deplora y denuncia estos hechos” y a tomar “medidas de atención de urgencia, acompañamiento psicológico, seguridad social y reparación que sean adecuadas y otras de carácter extraordinario que se pudiesen implementar con una clara perspectiva humanitaria”.
Parece más carta a los Reyes Magos que recomendación de la ONU. Las autoridades, y toda la población, han olvidado ya esos asesinatos, en buena parte para concentrarse en los que han sucedido desde entonces. Hasta el año pasado, más de 350 personas inocentes, que han sido llamadas “daño colateral”, han perdido la vida en enfrentamientos violentos.