Laura Murray recibió un peculiar regalo por parte de Neil Armstrong, el primer hombre en la luna, cuando era niña: un frasco con polvo lunar y una nota, “Para Laura Ann Murray. La mejor de las suertes, Neil Armstrong, Apollo XI”.
La mujer, a manera de prevención, decidió demandar a la NASA para que no le quitaran el polvo lunar, pues, según el representante legal, Christopher McHugh, existen antecedentes en que la NASA confisca material lunar de particulares.
Además, el abogado recalcó que el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de la ONU establece que “la Luna y otros cuerpos celestes no pueden ser objeto de apropiación nacional o reivindicación de soberanía”.