Un puñado de dientes de unos dinosaurios de Estados Unidos han arrojado las primeras evidencias sólidas de que los dinosaurios saurópodos se desplazaban cada año cientos de kilómetros en busca de agua y alimento.
Un equipo liderado por Henry Fricke, de la Universidad de Colorado (Estados Unidos), estudió restos fósiles de dientes de dinosaurio para determinar que los saurópodos, los animales de mayor tamaño que han caminado sobre la Tierra, recorrían hasta 300 kilómetros cada año, siguiendo un recorrido cíclico.
Ese tipo de vertebrados, que podían alcanzar un tamaño de más de 35 metros de largo, requerían grandes cantidades de agua y alimentos, por lo que los científicos ya conjeturaban que debían trasladarse grandes distancias en busca de nutrientes, aunque no habían podido demostrarlo hasta ahora.
El análisis de los dientes, publicado en la revista Nature, reveló que estos animales que vivieron en Estados Unidos finales del periodo jurásico cambiaban de hábitat por estaciones.
Los investigadores compararon los isótopos de oxígeno en los dientes de dinosaurio con aquellos hallados en muestras de tierra de hace millones de años y comprobaron cómo los saurópodos cambiaban de hábitat de manera estacional.
En las épocas de sequía, esos grandes animales herbívoros abandonaban las tierras bajas donde habitaban para desplazarse a terrenos más elevados donde el agua y los nutrientes eran más abundantes.
“Comprender el comportamiento de los organismos prehistóricos es muy difícil, pero la información geoquímica que se preserva en el registro fósil nos otorga esa oportunidad”, comenta Fricke en el estudio.
La investigación se desarrolló a partir de restos de Camarasaurus, un género de dinosaurio saurópodo que vivió hace unos 150 millones de años en Estados Unidos.
El Camarasaurus, bautizado así por las cámaras o huecos entre sus vértebras, fue un dinosaurio cuadrúpedo y herbívoro que podía alcanzar las 18 toneladas de peso y los 18 metros de largo, un tamaño algo menor que otros saurópodos como el Diplodocus, que superaba en ocasiones los 35 metros.
La investigación de Fricke y su equipo servirá además para elucidar el papel que los movimientos migratorios y los cambios de hábitat desempeñaron en el gran tamaño de esos vertebrados.
Fuente: EFE