Según el British Medical journal, en la ciudad de Dundee, Escocia, doctores encontraron y extrajeron un lente de contacto incrustado en el ojo izquierdo de una mujer, que llevaba ahí casi 30 años.
La mujer acudió al médico al sufrir molestias durante seis meses antes, y al realizar una resonancia magnética, encontraron que tenía un quiste y dentro de este, un lente de contacto.
Ante la sorpresa de la mujer y los doctores, la madre de la paciente reveló que le habían pegado en ese ojo con un volante de bádminton cuando tenía 14 años, y nunca pudieron encontrar ese lente.