La muerte no tiene por qué impedir que el cuerpo cumpla con sus funciones, o encuentra otras nuevas. Algunas funciones corporales continúan por minutos, horas, días, incluso semanas después de la muerte.
No podrás creer el tipo de cosas que un cadáver puede hacer en muy poco tiempo.
- El pelo y las uñas crecen. Técnicamente, aunque en realidad no es así. El cuerpo no produce más tejido, pero la piel pierde humedad y se contrae, con lo que se expone más pelo y las uñas parecen más largas.
- Continúa la actividad cerebral. Si el corazón se detiene por un minuto, no hay respiración y la persona está muriendo, el cerebro sigue vivo por lo menos durante unos minutos. Las neuronas utilizan esos minutos para buscar el oxígeno y los nutrientes que necesita para mantenerse con vida, hasta el punto en que sufren un daño irreparable aún si el corazón comienza a funcionar de nuevo.
- Crecen las células de la piel. Mientras que la falta de circulación puede matar al cerebro en minutos, otras células no necesitan tantos cuidados. Las células de la piel, acostumbradas a vivir afuera del cuerpo y tomando lo que pueden por osmosis, pueden estar vivas por días.
- Hacer pipí. Aunque pensemos que esta es una función voluntaria, no hacer pipí es involuntario; lo que pasa es que nunca nos damos cuenta de ello porque una parte del cerebro se encarga de ello. Aunque el rigor mortis hace que los músculos se tensen, esto no sucede hasta después de varias horas de muerto. Pero en los instantes que siguen a la muerte, los músculos se relajan, causando que la persona haga pipí después de muerta.
- Hacer popó. Es común que en momentos de estrés, el cuerpo se deshaga de desechos; el cuerpo relaja ciertos músculos y… sucede. En el caso de los cadáveres, todo esto es ayudado por el gas que se produce dentro del cuerpo. Esto puede suceder horas después de la muerte.
- Digestión. Resulta que, cuando te mueres, no solo desechas cosas, sino que también las produces. Las bacterias dentro de tus intestinos no se mueren cuando tú te mueres, y muchas de ellas son las que hacen posible la digestión.
- Erecciones y eyaculaciones. Cuando el corazón deja de bombear sangre en el cuerpo, se acumula en la parte más baja. Mientras tanto, algunos tipos de músculos se activan con iones de calcio; una vez activados, las células emiten energía que envía los iones de calcio fuera de la célula. Después de la muerte, las membranas de hacen más permeables al calcio y las células no emiten tanta energía para empujar a los iones fuera, así que los músculos se contraen. Esto es lo que lleva al rigor mortis y puede producir la eyaculación.
- Movimiento muscular. Aunque el cerebro se muera, otras áreas del sistema nervioso pueden continuar activas. Enfermeras reportan haber visto movimientos de reflejo, que involucran señales nerviosas que se envían a la columna vertebral y no al cerebro, lo que provoca una contracción en el músculo y espasmos después de la muerte.
- Vocalización. Nuestros cuerpos están llenos de gas; el proceso de putrefacción empieza cuando las bacterias comienzan a trabajar y la proporción de gas aumenta. Una de las formas que tiene el cuerpo de liberar este gas es a través de la boca; ya que el rigor mortis tensa los músculos, incluyendo los de las cuerdas vocales, la combinación hace que sonidos muy extraños salgan de los cadáveres.
- Dar a luz. En los tiempos en que la gente moría por montones, muchas mujeres morían estando embarazadas, y a veces no se les podía enterrar debido al clima. Esto dio como resultado el fenómeno de ‘nacimiento de ataúd’: los gases que se acumulan dentro del cuerpo, combinado con el reblandecimiento de la piel, ocasionaban que el feto fuera expulsado.
Fuente: iO9